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¿Millones de ayuda a Irak acaban en manos del Estado Islámico?
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LAS FUENTES DE FINANCIACIÓN DEL ISIS

¿Millones de ayuda a Irak acaban en manos del Estado Islámico?

El Estado Islámico se hace con decenas de millones de dólares procedentes de los salarios que el Gobierno iraquí paga a los funcionarios que viven en ciudades ocupadas como Mosul

Foto: Un miliciano del ISIS durante un desfile militar en Raqqa, capital del Califato en Siria (Reuters).
Un miliciano del ISIS durante un desfile militar en Raqqa, capital del Califato en Siria (Reuters).

El Estado Islámico está haciéndose cada mes con decenas de millones de dólares que proceden de los salarios que el Gobierno iraquí paga a funcionarios residentes en ciudades ocupadas por el ISIS como Mosul, la capital iraquí del Califato. Bagdad no ha interrumpido las transferencias de dinero para asegurarse el apoyo local.

Según fuentes gubernamentales estadounidenses citadas por el diario Wall Street Journal, la organización extremista utiliza estos fondos para financiar sus operaciones. Dichas fuentes destacan el complejo ejercicio de malabarismo al que se enfrentan los gobiernos de EEUU e Irak en su campaña para ganar los corazones y mentes de los iraquíes con vistas a una inminente operación militar para reconquistar Mosul, para la que oficiales estadounidenses están entrenando a fuerzas iraquíes.

Responsables militares norteamericanos aseguran al WSJ que la campaña de bombardeos de la coalición internacional liderada por Washington ha infringido un serio daño al ISIS, al golpear sus operaciones de mando y control, pero se mantienen cautos sobre las posibilidades de recuperar a corto plazo Mosul y otros territorios bajo en control del Estado Islámico. Desde el pasado día 19 la coalición ha lanzado 19 ataques aéreos en Siria e Irak contra posiciones yihadistas. En ellos, asegura la fuerza conjunta que coordina estas operaciones, han destruido vehículos, ametralladoras, excavadoras y edificios utilizados por el ISIS.

Cientos de millones anuales

En cuanto a los fondos destinados a pagar a funcionarios de los que se apropia el ISIS, la ausencia de opciones atractivas pone a los responsables estadounidenses ante un dilema complicado: deben elegir entre cortar el flujo de dinero hacia el Califato o persuadir a los suníes (que son mayoría en Mosul) para que respalden al Gobierno de Bagdad, liderado por chiíes. Es decir, seguir pagando.

Estados Unidos proporciona cada año a Irak cientos de millones de dólares de asistencia. Parte de esos fondos se destinan a las fuerzas de seguridad locales y a operaciones de contraterrorismo, pero se desconoce si estas aportaciones también se dedican a sufragar las nóminas de los funcionarios.

Washington y Bagdad han elaborado una campaña conjunta para cortar las fuentes de financiación del ISIS, entre las que destacan el contrabando de petróleo (100 millones de dólares), el dinero confiscado en entidades bancarias de Mosul (500 millones), lo salarios confiscados a funcionarios (300 millones), el pago de rescates (entre 25 y 45 millones) o el tráfico de personas y antigüedades, según cifras de la Financial Action Task Force.

Mientras deliberan sobre los pasos a tomar, los militares estadounidenses sopesan entre dos malas opciones. Si intervienen e intentan que Bagdad detenga los pagos a ciertos funcionarios para evitar que el ISIS robe parte del dinero, podrían dejar sin salario a cientos de miles de iraquíes inocentes de Mosul. Ello puede provocar una crisis humanitaria. Pero si no hacen nada, el Estado Islámico podría utilizar esos fondos para adquirir más armamento y fortificar su capital iraquí para resistir la ofensiva que EEUU e Irak lanzarán en primavera.

“Aún no se ha tomado una decisión sobre cómo Washington debería combatir (el robo de fondos)”, declara un alto cargo de la Administración Obama al WSJ. “Es algo que nos preocupa y que estamos estudiando, pero también es un asunto sobre el que el Gobierno iraquí tiene la última palabra”.

Los recaudadores del ISIS recorren diversas áreas de Irak para confiscar los pagos del gobierno a un amplio número de trabajadores que trabajan en las zonas bajo control del Califato, señalan las fuentes norteamericanas.

El Estado Islámico está haciéndose cada mes con decenas de millones de dólares que proceden de los salarios que el Gobierno iraquí paga a funcionarios residentes en ciudades ocupadas por el ISIS como Mosul, la capital iraquí del Califato. Bagdad no ha interrumpido las transferencias de dinero para asegurarse el apoyo local.

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