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“Ucrania no tiene más salida que pedir el envío de cascos azules de la ONU”
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DADA LA INGENTE AYUDA de rusia a LOS REBELDES

“Ucrania no tiene más salida que pedir el envío de cascos azules de la ONU”

Grito de socorro del Gobierno ucraniano tras la caída de la estratégica ciudad de Debáltsevo y ante el avance de las milicias prorrusas, que, según Kiev, han atacado a sus tropas en las últimas 24 horas con cohetes, artillería y vehículos blindados.

Foto: Un soldado ucraniano herido en la ofensiva prorrusa contra Debáltsevo llega a un hospital en Artemivsk (Reuters).
Un soldado ucraniano herido en la ofensiva prorrusa contra Debáltsevo llega a un hospital en Artemivsk (Reuters).

Los separatistas “no quieren silenciar por completo sus pistolas”. Es el grito de socorro del Gobierno ucraniano tras la caída de la estratégica ciudad de Debáltsevo y ante el avance de las milicias prorrusas, que, según Kiev, han atacado a sus tropas en las últimas 24 horas con cohetes, artillería y vehículos blindados.

La decisión del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, de proponer el despliegue de una fuerza de paz de la ONU en el este de Ucrania “no es la mejor opción para el país”, pero no había otra salida dada la ingente ayuda militar que reciben los rebeldes desde Rusia. Así lo afirma Evgueni Marchuk, quien fuera jefe de los Servicios de Seguridad de Ucrania, primer ministro y titular de Defensa, en una entrevista con la agencia Efe, en la que también se muestra convencido de que Rusia, que ha criticado la iniciativa, “la apoyaría con toda seguridad, porque supondrá la congelación del conflicto y eso le conviene”.

“Creo que la decisión adoptada por el presidente Poroshenko no es la mejor, pero la tomó teniendo en cuenta la realidad, pensando que para nosotros era la opción más óptima”, afirma Marchuk. Poroshenko planteó la cuestión al Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania justo después de la caída de Debáltsevo, la mayor derrota militar en la guerra contra los separatistas, pero Marchuk opina que la decisión estaba acordada con los principales líderes occidentales.

“El asunto lo tiene que aprobar aún la Rada (Parlamento), pero está claro que no tenía otra salida. Poroshenko no es una persona naif y entiende las consecuencias que conlleva”, señala acerca del cambio de posición del líder ucraniano, que hasta ahora rechazaba el posible envío de cascos azules con el argumento de que congelaría el conflicto.

Marchuk, que actualmente dirige la cooperación en cuestiones de seguridad con la OTAN y la Comisión Europea en el seno de los Servicios de Seguridad de Ucrania, afirma que los separatistas de Donetsk y Lugansk reciben una ingente ayuda militar de Rusia. “Incluso el secretario general (de la OTAN, Jens) Stoltenberg me dijo que los rebeldes disponen de armas tan modernas que incluso algunos países del bloque no las tienen”, denuncia.

Está convencido de que las críticas de Rusia a la propuesta de desplegar tropas de paz en Ucrania son una pose y que "apoyará la iniciativa si ésta llega al Consejo de Seguridad de la ONU", donde tiene derecho de veto. “Ahora lo critica, alega que supone la ruptura de los acuerdos de Minsk, lo que es cierto”, dice, pero “el despliegue de fuerzas de la ONU en Ucrania era el objetivo final de Rusia”, apostilla Marchuk. Y argumenta que Moscú “pondrá condiciones en la ONU para votar a favor, empezando por que en la composición del contingente haya tropas suyas” y de países “amigos” como Kazajistán o Bielorrusia. “Y cuando ya esté acordada la composición, Rusia planteará la exigencia de que el mando lo lleve precisamente ella, y en caso contrario de ser el número dos en la cadena el mando", añade.

La caída de la estratégica Debáltsevo

El exjefe de los Servicios de Seguridad cree que la pérdida de Debáltsevo, estratégico nudo ferroviario que enlaza los bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk, ha puesto las cosas claras en este conflicto que ya se ha cobrado cerca de 6.000 víctimas. “A sido algo trágico para los ucranianos, pero también ha demostrado a nuestros socios que nosotros cumplimos los acuerdos de Minsk, mientras que los separatistas no solo no han retirado a sus tropas, sino que invaden y conquistan territorio ucraniano", afirma.

Marchuk es uno de los mayores partidarios en Ucrania de la integración del país exsoviético en la Alianza Atlántica, aunque no ve realista la posibilidad en, al menos, los próximos quince años. La Rada aprobó el pasado diciembre la renuncia de Ucrania a su estatus de país no alineado, con la vista puesta en su futura adhesión, una de las “líneas rojas” marcadas por el Kremlin en su relación con Occidente después de la Guerra Fría.

Quizás por ello, la declaración no especificó “con el objetivo de ingresar en la OTAN”, algo que no satisface a Marchuk. “Yo hubiera insistido en incluir la fórmula completa. Rusia comenzó una agresión contra Ucrania y lo habría hecho aunque mantuviéramos nuestro estatus de país no alineado”, afirma.

Europa y la “catastrófica” malinterpretación de la crisis

Mientras, los Lores han criticado la errática respuesta de Europa y Londres a la guerra. Un comité del Parlamento británico señaló hoy que el Gobierno malinterpretó los primeros episodios del conflicto en Ucrania y no ha sido lo suficiente activo para tratar de resolver la crisis. El papel de la diplomacia británica en el conflicto entre Kiev y Moscú ha sido “irrelevante”, mientras que el Ejecutivo “no ha sido todo lo activo y visible” que habría sido deseable, lamenta un informe del Comité para la Unión Europea (UE) de la Cámara de los Lores.

Para los parlamentarios, los ministerios de Exteriores europeos, incluido el británico, han descuidado en los últimos años sus relaciones con Rusia, lo que les ha impedido formular una “respuesta con autoridad” ante el conflicto. “La falta de una capacidad analítica robusta, tanto en el Reino Unido como en Europa, ha llevado efectivamente a una malinterpretación catastrófica sobre la situación cuando se estaba forjando la crisis”, señala el informe.

El Parlamento divulgó el documento un día después de que varios cazas británicos despegaron para escoltar a dos bombarderos rusos que volaban en espacio aéreo internacional cerca de la costa de Cornualles, en el oeste de Inglaterra. Se trata del segundo incidente con aviones enviados por Moscú en menos de un mes, pues el 28 de enero fueron interceptados otros dos bombarderos en las proximidades del espacio aéreo británico, cerca del canal de la Mancha.

En respuesta a las críticas del comité parlamentario, una portavoz del Foreign Office señaló hoy que era imposible prever con antelación la medida de la intervención rusa en el este de Ucrania. “El Reino Unido ha jugado un rol de liderazgo al apoyar el derecho de Ucrania a elegir su propio futuro y asegurándose de que la Unión Europea imponía duras sanciones a Rusia”, afirmó esa portavoz. Esta semana, el primer ministro británico, David Cameron, afirmó que Rusia sufrirá “durante años” las consecuencias de las sanciones económicas y financieras si continúa favoreciendo la inestabilidad en Ucrania.

Los separatistas “no quieren silenciar por completo sus pistolas”. Es el grito de socorro del Gobierno ucraniano tras la caída de la estratégica ciudad de Debáltsevo y ante el avance de las milicias prorrusas, que, según Kiev, han atacado a sus tropas en las últimas 24 horas con cohetes, artillería y vehículos blindados.

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