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“Hoy es el día en que la vida venció al odio”
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LA ESPERANZA reina en CUBA TRAS pactar con eeuu

“Hoy es el día en que la vida venció al odio”

Esperanza; ninguna palabra define mejor el sentimiento que impera en Cuba. No importa que aún queden por solucionar problemas tan complejos como el bloqueo

Foto: Cubanos se agolpan ante un edificio de la Asamblea Provincial del Poder Popular para recibir noticias, en La Habana. (Reuters)
Cubanos se agolpan ante un edificio de la Asamblea Provincial del Poder Popular para recibir noticias, en La Habana. (Reuters)

Esperanza; ninguna palabra define mejor el sentimiento que desde ayer impera en Cuba. No importa que todavía queden por solucionar problemas tan complejos como la derogación del bloqueo económico (embargo, según los Estados Unidos) o que, en lo inmediato, los problemas materiales sigan pesando entre las preocupaciones de la inmensa mayoría de los residentes en la Isla. Tras medio siglo de intensas confrontaciones, La Habana y Washington parecen haber encontrado –por fin– la ruta hacia la coexistencia pacífica.

Con sendos discursos, los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron el intercambio de prisioneros, el restablecimiento de relaciones diplomáticas y el comienzo de un proceso de aproximación que podría volver a colocar a Cuba en plano de igualdad dentro del concierto panamericano.

Sin embargo, la esencia última del acontecimiento no puede entenderse sólo con las declaraciones oficiales; la verdadera connotación de lo que ahora ocurre en Cuba se encuentra en las calles. “¡Nunca pensé que lo íbamos a ver, el Viejo nos cumplió, coño!”, grita Armando, un hombre de mediana edad al que este periodista intenta preguntarle sobre el tema.

‘Es difícil cuantificar lo que nos ha costado el bloqueo, cuántas muertes se han producido por falta de medicamentos. Desde hoy estamos más cerca de que esas barbaridades nunca más sucedan. Hoy, para mí, siempre será el día en que la vida venció al odio’

Sentado a la puerta de su casa, en la calle San Ramón, una de las más pobres de la ciudad de Camagüey (ubicada a 560 kilómetros al este de la capital), el entrevistado celebra la jornada por partida doble: a causa del Día de San Lázaro (el viejo) y la liberación de los tres cubanos encarcelados en Estados Unidos desde 1998.

La lucha en favor de esos hombres y sus compañeros, que en la Isla son conocidos bajo el nombre de “Los Cinco”, era hasta ahora una de las principales prioridades para el Gobierno y la población, que los calificaban como héroes debido a su monitoreo de grupos terroristas radicados en Miami. “Mira, yo no soy político, pero eso no estaba bien”, añade Armando. “Si ellos fueron allá para evitar que vinieran a poner bombas aquí, no entiendo por qué tenían que estar presos. Por suerte, Obama ha tenido los cojones para hacer lo que era correcto”.

Varias cuadras más allá, casi llegando al santuario de San Lázaro, una mujer asegura estar más que feliz, aunque pide permanecer en el anonimato “para evitarle problemas a su hijo”. “Él cobra una pensión del Gobierno americano por jubilación anticipada y eso ahora es delito, pues volvió para acá conmigo. ¿Si quitan el bloqueo? ¡Lo mejor del mundo! Nadie sabe lo que podemos llegar a hacer los cubanos sin tanta presión; mi mismo hijo no tendría que estarse escondiendo para recibir lo que, por desgracia, merece”.

“Es difícil cuantificar lo que nos ha costado el bloqueo”

En las calles cubanas se respira un ambiente de celebración que recuerda al de finales y comienzos de año, cuando la gente lleva los festejos más allá de sus viviendas. Incluso en varios lugares se han producido manifestaciones en las que abundan las banderas nacionales, y retratos de Los Cinco y Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución.

‘¿Si quitan el bloqueo? ¡Lo mejor del mundo! Nadie sabe lo que podemos llegar a hacer los cubanos sin tanta presión; mi mismo hijo no tendría que estarse escondiendo para recibir lo que merece’

No hay persona que no tenga su opinión sobre los hechos, incluso desde perspectivas muy particulares. Así sucede con Idalberto, un criador de aves exóticas que augura tiempos de bonanza para su negocio. “Con la posibilidad de vender nuestros pájaros en Estados Unidos, tendríamos el futuro asegurado. Olvídate de lo que te hayan dicho, nuestro mercado natural es ese: está cerca, tiene muchísimos consumidores y también sería el mejor proveedor de materias primas que se pudiera desear. Hacia allá vamos, este es sólo el primer paso”.

A la hora en que comenzó a difundirse la noticia, alrededor de las nueve de la mañana, Daniela estaba en el hospital infantil de la ciudad de Camagüey, cumpliendo su jornada como médico pediatra. “Iba a empezar el pase de visita cuando me llegó el mensaje de un amigo que vive afuera, diciéndome que la televisión había anunciado los discursos de Raúl y Obama. Te juro que casi no lograba concentrarme. Es difícil cuantificar lo que nos han costado todos estos años de bloqueo, cuántas muertes de niños se han producido por la falta de medicamentos que sólo se producen en Estados Unidos y que no podíamos comprar por culpa de leyes como la Helms-Burton. Desde hoy estamos más cerca de que esas barbaridades nunca más sucedan. Hoy, para mí, siempre será el día en que la vida venció al odio”.

placeholder Cubanos siguen el discurso de Raúl Castro en La Habana (Reuters).

“La gente rompió a llorar, todo el mundo se abrazaba”

Los discursos a los que se refería Daniela produjeron una inmensa explosión de júbilo. En La Habana, la gente escuchaba extasiada el discurso de Raúl Castro en las calles y se reunía en el hall de los hoteles para seguir el de Obama por televisión. “Grupos de cubanos estallaron en un aplauso espontáneo cuando el presidente de EEUU terminó. Cuando saltó la noticia estábamos en una reunión con funcionarios del Gobierno. La gente rompió a llorar y todo el mundo se abrazaba”, narraba desde la capital cubana Geoff Thale, director de programa de la Washington Office on Latin America (WOLA), que mantiene un equipo sobre el terreno en Cuba.

“Esto es un cambio histórico en nuestra política hacia Cuba que tiene enormes ramificaciones no sólo con Cuba, sino también con el resto de Latinoamérica. Es realmente el mayor cambio en nuestra política (exterior) en los últimos 50 años y el presidente Obama ha mostrado un verdadero liderazgo al avanzar en nuestras relaciones hacia el siglo XXI”, añadía.

Esperanza; ninguna palabra define mejor el sentimiento que desde ayer impera en Cuba. No importa que todavía queden por solucionar problemas tan complejos como la derogación del bloqueo económico (embargo, según los Estados Unidos) o que, en lo inmediato, los problemas materiales sigan pesando entre las preocupaciones de la inmensa mayoría de los residentes en la Isla. Tras medio siglo de intensas confrontaciones, La Habana y Washington parecen haber encontrado –por fin– la ruta hacia la coexistencia pacífica.

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