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“¿Cómo se escribe Occupy?”: la juventud china, sin noticias sobre Hong Kong
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PEKÍN ACTIVA EL PODEROSO SISTEMA DE CENSURA

“¿Cómo se escribe Occupy?”: la juventud china, sin noticias sobre Hong Kong

La juventud china sabe muy poco sobre el conflicto que bloquea la antigua colonia británica. Pekín ha puesto en marcha el poderoso sistema de censura del gigante

Foto: Un hombre observa a los manifestantes mientras bloquean este martes el distrito financiero de Hong Kong (Reuters).
Un hombre observa a los manifestantes mientras bloquean este martes el distrito financiero de Hong Kong (Reuters).

El movimiento Occupy Central ha organizado, durante los últimos tres días, las mayores protestas en Hong Kong desde que la región pasó a formar parte de China de nuevo en 1997. Sin embargo, gran parte de los jóvenes chinos parecen saber muy poco sobre el conflicto, que desde la madrugada del domingo bloquea las principales arterias de la antigua colonia británica.

Nuestros medios de comunicación apenas explican qué está pasando”, afirma Ye, que regenta una pequeña cafetería en el centro de Pekín. Para demostrarlo, intenta introducir el término “Occupy Central” en el buscador de internet chino Baidu, aunque primero tiene que preguntar cuáles son los caracteres chinos que forman el nombre. Finalmente, en la pantalla aparecen distintos artículos de los principales periódicos nacionales, todos críticos con el movimiento. “Si tienes un amigo allí, puedes saber qué está ocurriendo. Pero yo desconozco el tema y no puedo dar una opinión clara”, comenta resignado.

‘Si tienes un amigo allí, puedes saber qué está ocurriendo. Pero yo desconozco el tema y nuestros medios de comunicación apenas explican qué está pasando’, comenta Ye, que regenta una cafetería en el centro de Pekín

A diferencia de los medios internacionales, la prensa y la televisión chinas han optado por dar poca cobertura al conflicto y recordar a la audiencia que las manifestaciones son “ilegales”. El periódico nacionalista Global Times, conocido por su línea editorial conservadora, destacaba en un editorial en inglés el martes que “los extremistas han manipulado la política con métodos ilegales”, y advertía de que los jóvenes no conocen “las consecuencias de cruzar las líneas de la ley”.

Pekín ha puesto en marcha también el poderoso sistema de censura del país. El lunes, Instagram, una de las pocas redes sociales extranjeras disponible en China, fue bloqueada. A su vez, la web de la Universidad de Hong Kong Weiboscope, que monitoriza la censura en el portal de microblogs chino Weibo, indicaba que el domingo pasado, el día en que empezó la ocupación, el volumen de mensajes borrados por el Gobierno se había multiplicado por cinco respecto a las jornadas anteriores. En una referencia velada a Tiananmen, un mensaje eliminado afirmaba: “Con el problema de hace unos años, se criticaba que ‘los dirigentes fueron estúpidos, los estudiantes eran locos sin experiencia, y que había muchas personas malas’. Parece que todo sigue igual hoy en día”.

El “ejército de los cinco céntimos”

Pero la red china también está repleta de eslóganes nacionalistas contrarios a las protestas. A menudo, se atribuye parte de estos mensajes al conocido como “ejército de los cinco céntimos”, personas que estarían pagadas por el Gobierno para redactar información favorable al Partido Comunista de China en la red. “Debemos castigar con mano dura a los criminales y usar medidas severas para terminar con los instigadores detrás del conflicto, para mostrar al mundo las ventajas de los estados socialistas”, opinaba, en los comentarios de un portal de noticias, una usuaria de Kunming apodada “Poder o no poder”.

Pese a la distorsión informativa, otros jóvenes chinos saben de las protestas y muestran su apoyo a los manifestantes. Al ser preguntada por el tema, Qian, una periodista de 27 años originaria de Hunan, en el centro del país, responde sin dudar que siente “admiración y envidia” por los manifestantes. “Ellos pueden salir a la calle y defender sus derechos”, dice. Pero también teme que el Gobierno central decida poner fin a las protestas “con medidas duras”. “Es el segundo año del presidente Xi en el poder, y aún tiene que demostrar que puede mantener la estabilidad en la región”, advierte Qian.

Por su parte, Zhang, un fotógrafo de 22 años que vive en el distrito financiero de la capital china, admite que muchos jóvenes no sienten demasiado interés por el tema. “Si una cosa así ocurriera en Pekín, nos importaría, pero Hong Kong queda muy lejos”, explica con vehemencia. Para él, pese a que la región forme parte de China ahora, la separación entre ambas partes aún es muy visible. “¿Cómo podemos decir que somos un solo país si necesito un permiso especial en el pasaporte para visitar Hong Kong?”, se queja Zhang.

Clyde, un joven chino que prefiere usar sólo su nombre inglés, también defiende Occupy Central. “Reunirse y manifestarse juntos pacíficamente es una manera muy civilizada de expresarse”, cree él, y afirma que se tiene que escuchar a la población. “La historia china nos ha enseñado que impedir que alguien dé libremente su opinión siempre acaba provocando un desastre”, sentencia.

El movimiento Occupy Central ha organizado, durante los últimos tres días, las mayores protestas en Hong Kong desde que la región pasó a formar parte de China de nuevo en 1997. Sin embargo, gran parte de los jóvenes chinos parecen saber muy poco sobre el conflicto, que desde la madrugada del domingo bloquea las principales arterias de la antigua colonia británica.

Hong Kong Partido Comunista
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