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"Echad a los jodidos conservadores, pero no votéis para romper el Reino Unido"
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¿QUÉ QUIERE SALVAR CAMERON: UK O SU CARRERA?

"Echad a los jodidos conservadores, pero no votéis para romper el Reino Unido"

¿A qué tiene miedo Cameron? ¿A la desintegración del Reino Unido o a perder las llaves de Downing Street? ¿Debe dimitir si Escocia elige la independencia?

Foto: El primer ministro británico, David Cameron durante su visita a las oficinas de Scottish Widows en Edimburgo (Reuters)
El primer ministro británico, David Cameron durante su visita a las oficinas de Scottish Widows en Edimburgo (Reuters)

David Cameron ha viajado a Escocia. En su agenda sólo estaba prevista una visita más la semana que viene antes del referéndum, pero debido al repentino auge de los independentistas en las urnas ha tenido que cambiar los planes a última hora. Para ser sinceros, es un cambio de estrategia arriesgada. Los escoceses no sienten especial simpatía por los partidos de Westminster. Pero, en concreto, los tories les provocan verdadera animadversión. Sólo un ejemplo: de las 59 circunscripciones escocesas representadas en la Cámara de los Comunes, tan sólo una tiene diputado conservador.

Es por eso por lo que el primer ministro había mantenido hasta ahora un perfil bajo en el debate. Pero, una vez se ha visto que la secesión es una posibilidad real, ha prometido hacer “todo lo posible para salvar la unión”. Ondear la bandera de la cruz de San Andrés en el número 10 tan sólo es una prueba más de ello. Incluso dejar a un lado por primera vez sus exquisitos modales en su afán por mostrarse cercano. “No es una papeleta que se tenga que usar para expulsar a los jodidos tories (adjetivo que provocó las risas del público). Si estáis hartos de los jodidos conservadores, dadles una patada, pero no rompáis el Reino Unido. Esto no son unas elecciones, esto es un voto histórico que prevalecerá durante el próximo siglo”, dijo este miércoles durante su discurso en el Scottish Widows de Edimburgo.

¿A qué tiene miedo realmente Cameron? ¿A la desintegración del Reino Unido o a perder las llaves de Downing Street? ¿Debería dimitir si Escocia se independiza?

El premier también insistió en su advertencia sobre la inviabilidad de una unión monetaria con una Escocia independiente, además de repetir que, si finalmente hay secesión, el Reino Unido no compartirá la libra esterlina. Pero ¿a qué tiene miedo realmente Cameron? ¿A la desintegración del Reino Unido o a perder las llaves de Downing Street? ¿Debería dimitir si Escocia se independiza?

Lo cierto es que en los pasillos del Parlamento ya se empieza a comparar a Cameron con Lord North, el primer ministro que tuvo que dimitir en 1782 después de que la Cámara de los Comunes aprobara una moción de censura contra él por la pérdida de las colonias en América. Y, en este sentido, serían sus propias filas las que estarían tramando la rebelión. Varios diputados conservadores están dispuestos a pedir públicamente su dimisión en caso de que el próximo 18 de septiembre se rompa un vínculo con 300 años de historia. Dos ministros del gabinete ya habrían advertido a sus colegas que dejarían sus puestos en caso de derrota unionista. Muchos conservadores consideran que, si pierde el referéndum, Cameron no podría presentarse como candidato para las elecciones generales de mayo, ya que supondría un suicidio para el partido.

Los nervios se disparan en Londres

El premier ya ha confesado que no está dispuesto a renunciar. Y este miércoles, en la que fue sin lugar a dudas la intervención más importante de toda la campaña, advirtió que la independencia es un “salto al vacío” que castigará las generaciones futuras. Repitió que nadie en el Reino Unido quiere que “esta familia de naciones sea destrozada”.

Todos los miércoles, el primer ministro y el líder de la oposición tienen la obligación de asistir a la Cámara de los Comunes para debatir los temas de actualidad a través de las preguntas que los diputados realizan al jefe del Ejecutivo. El hecho de no acudir a la cita no sólo supone una decisión completamente excepcional, sino que además pone en evidencia el nerviosismo que existe a nivel institucional. Junto a Cameron y Miliband estuvo también este miércoles en Escocia el vice primer ministro y líder de los liberal-demócratas, Nick Clegg. Eso sí, cada uno hizo campaña por separado.

The Daily Telegraph llegó a decir este martes en su portada que Cameron se encontraba bajo una enorme presión por parte de los diputados de todos los partidos para pedir a Isabel II que se pronunciara a favor de la unión. Sin embargo, en un histórico movimiento, un portavoz de Palacio de Buckingham señaló anoche que la “imparcialidad constitucional del soberano es un principio establecido en nuestra democracia”, defendido además por la reina “a lo largo de su reinado”. “Como tal, el monarca está por encima de la política y los políticos tienen el deber de garantizar que así siga siendo el caso. Cualquier sugerencia de que la reina debe querer influir en el resultado de la campaña del referéndum actual es categóricamente errónea. Este es un asunto que atañe al pueblo de Escocia”, recalcó.

La neutralidad de Isabel II supone otro varapalo para Cameron. Más aún si, como se dice, le pidió personalmente el favor el domingo cuando mantuvieron una reunión privada en el castillo de Balmoral

Se trató de un paso inusual. El Palacio normalmente no reacciona ante las informaciones de la prensa, pero el comunicado respondía a las noticias publicadas por diferentes rotativos estos días que, que a través de supuestas filtraciones, han llegado a afirmar que la soberana estaba completamente “horrorizada” ante una posible secesión.

La neutralidad de Isabel II –que sí se pronunció a favor de la unión en 1977, cuando Escocia y Gales demandaban recuperar sus asambleas nacionales– supone otro varapalo para Cameron. Más aún si, como se dice, le pidió personalmente el favor el domingo cuando mantuvo una reunión privada con ella en el castillo de Balmoral. El liderazgo del premier cada vez tiene más grietas y los rotativos aseguran que su dimisión es una petición que va más allá de los rebeldes habituales. Mientras algunos lamentan ahora que jamás se tendría que haber plegado a las demandas de Alex Salmond –“fue un error aprobar el plebiscito y Cameron pecó de ingenuo”–, otros consideran que “la campaña ha estado repleta de fallos”.

La cuestión es que si el primer ministro finalmente se ve obligado a dimitir, ¿quién puede ocupar su puesto a tan sólo unos meses de las elecciones generales? Lo cierto es que ya se están llevando a cabo reuniones secretas para colocar a Boris Johnson al frente. El excéntrico alcalde de Londres nunca ha ocultado sus deseos de convertirse algún día en premier y es vox populi la rivalidad que mantiene con su supuesto amigo desde los tiempos del elitista colegio de Eton.

Los conspiradores quieren que el diputado John Randall renuncie a su cargo para forzar una by-election en la circunscripción de Uxbridge y South Ruislip que diera sin problemas a Johnson un asiento en la Cámara de los Comunes. Una vez convertido en parlamentario, la carrera para erigirlo como líder de la formación estaría prácticamente hecha. O eso es al menos lo que piensa su círculo más cercano, porque el alcalde de Londres despierta tantas simpatías como recelos y convertirle en candidato resulta tan arriesgado como el viaje que Cameron emprendió a Escocia.

David Cameron ha viajado a Escocia. En su agenda sólo estaba prevista una visita más la semana que viene antes del referéndum, pero debido al repentino auge de los independentistas en las urnas ha tenido que cambiar los planes a última hora. Para ser sinceros, es un cambio de estrategia arriesgada. Los escoceses no sienten especial simpatía por los partidos de Westminster. Pero, en concreto, los tories les provocan verdadera animadversión. Sólo un ejemplo: de las 59 circunscripciones escocesas representadas en la Cámara de los Comunes, tan sólo una tiene diputado conservador.

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