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De China a México en 10 años: así cambia el mapamundi de la competitividad
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"NACIONES 'LOW-COST' RESULTAN HOY CARÍSIMAS"

De China a México en 10 años: así cambia el mapamundi de la competitividad

Hace diez años, Stanley estaba angustiado por la sangría de clientes. "De pronto, todos querían irse a China. Pero la tendencia se está revirtiendo", dice.

Foto: Empleados de una planta de General Motors en la ciudad mexicana de Silao, en el estado de Guanajuato. (Reuters - Archivo)
Empleados de una planta de General Motors en la ciudad mexicana de Silao, en el estado de Guanajuato. (Reuters - Archivo)

Hace diez años,Scott Stanley estaba angustiado. Su empresa, North American Production Sharing (NAPS), sufría una sangría de clientes que parecía imparable. “Nuestro trabajo es ofrecer servicios a fabricantes internacionales que buscan instalarse en México. De pronto, todos parecían querer irse a China”, recuerda. Las famosas 'maquilas' que dan trabajo a cientos de miles de trabajadores mexicanos languidecían, como si estuvieran destinadas a desaparecer.

“Pero al final estamos experimentando todo lo contrario y la tendencia se está revirtiendo. Las exportaciones de bienes en México están en un momento histórico y en los últimos meses recibimos una media de dos llamadas a la semana de fabricantes que quieren abandonar Asia para instalarse allí”, explica Stanley. Empresas como Plantronics (auriculares), Casabella (cepillos) o DJO Global (material médico) amplían sus contratos e inversiones al otro lado del Río Grande, al tiempo que recortan su presencia en China.

Hace diez años, Scott Stanley estaba angustiado. Su empresa una sangría de clientes que parecía imparable. ‘De pronto, todos parecían querer irse a China. Pero la tendencia se está revirtiendo. Las exportaciones de bienes en México están en un momento histórico’, asegura

Los datos macroeconómicos respaldan la idea. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las exportaciones manufactureras mexicanas hacia EEUU crecen desde 2010 a mayor ritmo que las chinas y alcanzaron en 2012 el 14,4% del total, una cifra récord. “El auge de México coincide con un declive en la cuota de mercado de importaciones de China en EEUU. Con la misma rapidez con la que (la 'maquila') se hundió (por la competencia asiática), México ha recuperado su paso y ha empezado a arañar su camino de regreso”, explica Herman Kamil, analista senior del FMI.

¿Qué está ocurriendo? El factor más importante, coinciden empresarios y analistas, es el vertiginoso aumento de los costes laborales en el gigante asiático, que crecieron casi un 20 por ciento entre 2005 y 2010. En el mismo periodo, los salarios en México aumentaron a un ritmo inferior al 1% anual. A ello se añade la fortaleza del yuan (que se apreció en más de un 20% entre 2003 y 2012) frente a la debilidad del peso (que se depreció un 15 por ciento entre 2003 y 2012). “Si en esta ecuación incluyes además los costos de transporte, la distancia y los acuerdos comerciales, México es otra vez más competitivo que Asia para muchos sectores”, señala Kamil.

“Naciones percibidas como ‘low-cost’ son hoy carísimas”

El caso de las 'maquilas' mexicanas ilustra cómo el mapa de la competitividad industrial está en constante transformación en un mundo vertiginosamente globalizado. A muchos países destinados a comerse el mundo hace tan sólo diez años, se les presentan hoy pronósticos sombríos. Y viceversa. “Los costos de producción han cambiado dramáticamente a lo largo de la última década, tan dramáticamente que naciones que eran percibidas como low-cost resultan hoy carísimas”, sostiene un informe sobre la materia presentado a principios de mayo por The Boston Consulting Group (BCG).

placeholder Empleados de una fábrica china cosen muñecos de la mascota del Mundial, en Tianchang (Reuters).

El informe destaca en sus páginas otras sorpresas. “Brasil (123) es hoy uno de los países más caros”, subraya, añadiendo que “la competitividad de costes está convirtiéndose en un tema cada vez más importante porque las multinacionales replantean constantemente sus redes de manufactura y los gobiernos reconocen la importancia económica de tener una base industrial estable”.

“Muchas compañías están realizando inversiones manufactureras basándose en una visión del mundo que está pasada de fecha”, abunda Harold Sirkin, uno de los analistas de BCG. “Todavía se percibe que América del Norte y Europa son áreas de alto costo, mientras que Sudamérica, el este de Europa y Asia serían de bajo coste. Pero la realidad es que encontramos de todo en las regiones del mundo, y los cambios son muy rápidos”, concluye.

Las “estrellas industriales” en ascenso

El informe también identifica cinco tendencias. La primera, la de aquellos países que sufren un incremento “preocupante” de los costes (China, Brasil, República Checa, Polonia y Rusia). En otro grupo se integran naciones cuyos costes ya eran altos en el pasado y siguen creciendo, todas en Europa Occidental (Bélgica, Suecia, Francia, Suiza e Italia). La tercera derivada la protagonizan quienes mantienen sus costes más o menos estables, mejorando su productividad (España, Reino Unido, Holanda, Indonesia, India). Finalmente aparecen identificadas las “estrellas industriales en ascenso”, fundamentalmente México y Estados Unidos, donde a los costes laborales contenidos se suma una revolución energética.

Stanley le pone un pero a esta idea de un futuro en el que las industrias actúan como seres globales en constante movimiento, saltando de un país a otro, atraídas por índices de precios. “Por ejemplo, hoy me ha contactado una gran empresa de joyas que produce el 100% en China y está interesada en moverse a México, pero les hemos recomendado que no lo hagan”. El problema, detalla el vicepresidente de NAPS, es que la compañía en cuestión perdió su capacidad productiva al dejar todo en manos de subcontratistas chinos hace una década.

‘Los costos de producción han cambiado dramáticamente a lo largo de la última década, tan dramáticamente que naciones que eran percibidas como low-cost resultan hoy carísimas’, sostiene un informe de BCG

“La realidad es que en México no existe una empresa que pueda hacer sus joyas con eficacia y ellos mismos ya tampoco saben hacerlas, así que dependen de los chinos. Ese es un gran problema con el que se enfrentan muchos de nuestros clientes, que ahora no tienen el equipo, ni la experiencia, ni saben cómo manufacturar. Sólo pueden ir a países donde sepan hacerles su producto, porque ellos, tristemente, ya no saben fabricar lo que venden”. La moraleja, indica, es que los países no sólo necesitan costos competitivos, sino una base industrial sólida y en forma para atraer clientes. No en vano, los 25 países analizados en el informe de BCG capitalizan el 90% de las exportaciones mundiales.

Curiosamente, otros asuntos a los que damos mucha importancia en el plano teórico, como la inseguridad o los procesos políticos, no suelen ser relevantes para las empresas, dice Stanley. “La mitad de las compañías que asesoramos son muy grandes, tienen experiencia global y entienden que México no es tan peligroso como los medios de comunicación dicen. El resto se informan y se dan rápidamente cuenta de que la violencia, incluso en ciudades notoriamente violentas como Ciudad Juárez, está concentrada casi enteramente en el narcotráfico. La inseguridad, en realidad, no es un factor importante. Lo importante son los precios”.

Hace diez años,Scott Stanley estaba angustiado. Su empresa, North American Production Sharing (NAPS), sufría una sangría de clientes que parecía imparable. “Nuestro trabajo es ofrecer servicios a fabricantes internacionales que buscan instalarse en México. De pronto, todos parecían querer irse a China”, recuerda. Las famosas 'maquilas' que dan trabajo a cientos de miles de trabajadores mexicanos languidecían, como si estuvieran destinadas a desaparecer.

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