El Parlamento francés aprueba el hachazo de Manuel Valls al Estado del bienestar

Manuel Valls ha superado la prueba. Su hachazo al Estado del bienestar para que Francia levante cabeza, un plan de recortes del gasto público de 50.000 millones de euros, obtuvo este martes el respaldo del Parlamento francés, por 265 votos a favor y 232 en contra, mientras que 67 diputados se abstuvieron.

El plan, revisado para contentar al sector crítico del Partido Socialista Francés, tenía asegurado el apoyo parlamentario, pese a que existían dudas sobre el sentido del voto de decenas de diputados socialistas, que se han mostrado muy críticos con la dureza de los recortes del plan, que prevé la congelación de los salarios de los funcionarios, de las pensiones, salvo las más bajas, y de ciertos servicios públicos.

El primer ministro francés detalló este martes ante el Parlamento su programa de recortes de 50.000 millones de euros en tres años, para el que pidió el voto favorable por considerarlo "imprescindible" para la recuperación económica del país y "justo" por estar "bien repartido". "El plan de ahorro que les presento garantiza nuestra recuperación colectiva. Unos dicen que es demasiado tímido, insuficiente; otros, al contrario, que es demasiado duro. Yo estoy convencido de que está calibrado y bien repartido, que es justo", afirmó el jefe del Gobierno.

El plan de ahorro que les presento garantiza nuestra recuperación. Unos dicen que es demasiado tímido, insuficiente; otros, que es demasiado duro. Estoy convencido de que está calibrado y bien repartido, que es justo

Valls indicó que su plan es una respuesta para relanzar el crecimiento económico, reavivar el mercado laboral y apoyar el poder adquisitivo de los franceses. Recordó que los recortes servirán, esencialmente, para financiar la bajada de 30.000 millones de las tasas patronales, con el objetivo de que las empresas ganen competitividad, inviertan y puedan contratar.

En este sentido, Valls afirmó que los diputados deben ser "garantes" de que esta bajada de impuestos "sin precedentes" no es aprovechada "para aumentar los dividendos de los accionistas o las remuneraciones de los directivos", sino para "la inversión y el empleo". En cuanto al poder adquisitivo, el jefe del Ejecutivo destacó que su programa no incluye subidas de impuestos y se comprometió a bajarlos progresivamente en los años próximos.

Además, los recortes servirán para reducir el déficit que alimenta una deuda cuyos intereses cuestan 45.000 millones de euros anuales al país, lo que constituye la segunda partida de los gastos presupuestarios del Estado. "Pese a que tenemos un nivel de impuestos de los más altos del mundo, Francia no ha sabido controlar su deuda pública. (...) Aumentar el déficit no es la solución para encontrar el crecimiento o el poder adquisitivo", indicó Valls.

El primer ministro negó que la contención del déficit sea una imposición de Bruselas, pero reivindicó que Francia cumpla con su compromiso ante la Comisión Europea de situar el déficit presupuestario en el 3 % del PIB en 2015.