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Testigo directo en Kiev: “Esto terminaría con sólo una muerte más, la del presidente”
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YANUKÓVICH DESTITUYE AL JEFE DEL EJÉRCITO

Testigo directo en Kiev: “Esto terminaría con sólo una muerte más, la del presidente”

El Gobierno pierde el control en una crisis que costará muchas vidas y que, como dicen en las barricadas, “podría terminarse con la muerte del presidente”

Kiev. Plaza de la Independencia. Una mesa de producción de cócteles molotov. Mujeres de unos 40 años rellenan botellas de cristal con una mezcla de gasolina y aceite mientras un grupo de chicas, ataviadas con ropa de diario –falda, botas de tacón y abrigo– y que por su edad podrían ser sus hijas, coloca pañuelos de tela a modo de mecha. Mientras, otras jóvenes que apenas superan la veintena arrancan adoquines del pavimento que padres de familia transportan hasta el frente, hasta las barricadas.

Esas mismas barricadas las defienden chicos armados con cuchillos en la cintura y protegidos conespinilleras de fútbol, petos de motocross y cascos militares. Sorprende su juventud cuando uno los observa lanzando piedras y cócteles molotov a los destacamentos de la fuerzas antidisturbios ucranianas, los Berkut, que el marteslanzaron el asalto al epicentro de las protestas en Ucrania, la plaza de la Independencia, conocida como Maidán.

Tras la caída ayer de la barricada de Grushevski, germen de los disturbios más violentos desde que comenzó el levantamiento contra el presidente, Víktor Yanukóvich, que hasta el momento han provocado al menos 26 muertos y más de 800 heridos, la situación ha dado un giro de 360 grados. El terreno controlado por los revolucionariosse ha visto reducido aproximadamente a una quinta parte, pero este no es el problema más grave al que se enfrentan. Debido a dicha pérdida de terreno y al asedio de las fuerzas de seguridad, que ayer rodearon el bastión de las protestas, los opositores han perdido por completo el control de la situación. Sólo queda ya la autogobernación y la lucha por una meta común.

En estos momentos, Maidán se encuentra asediada por varios flancos, a la espera de soportar nuevas ofensivas de los Berkut, que ayer fracasaron en su intento por desalojar la plaza. Su avance en formaciones de tortuga fue detenido cuando los defensores crearon una muralla de fuego a base cócteles molotoven torno a una hora y media después de que comenzase el asalto. Los opositores esperan nuevos ataques de la policía. Por ello refuerzan las barricadas con materiales sacados de las calles y del edificio de Gobierno de la Revolución, donde también se encontraba el hall de prensa, incendiado anoche y desmantelado por los manifestantes con sus propias manos.

Bajo el ruido de un camión de agua que dispara contra las barricadas sin descanso, opositores aseguran que la Policía está utilizando armas automáticas. La opinión general es que el Gobierno está perdiendo el control de la situación. Una grave crisis que costará la vida a muchos ucranianos y que, como dicen en las barricadas, podría terminarse con la perdida de una sola vida, la del presidente

La sensación que se palpa es la de un pueblo sin ley en el que todos los ciudadanos luchan por un mismo fin, derrocar al Gobierno de Yanukóvich. Hombres y mujeres de cualquier edad, cualquiera capaz de levantar una piedra, desprenden adoquines del pavimento y transportan los pedruscos que serán utilizados a modo de munición en las catapultas construidas al pie de las barricadas. Mientras, los cócteles molotov preparados en improvisadas mesas de trabajo a modo de cadenas de montaje se acumulan en lo alto de los muros.

Las reglas del juego han cambiado. La inferioridad en la que se encuentran los revolucionarios –Olha Halabala, una de las portavoces del sector cívico, cifraba ayer para El Confidencial en un total de 10.000 la cantidad de fuerzas policiales, entre Berkut y fuerzas del Ministerio del Interior, presentes en torno a la plaza– ha provocado que aparezcan en escena armas de fuego. El odio se incrementa exponencialmente a cada momento que se vive en Maidán.

El número de muertos y heridos supera las versiones oficiales y se trasladan a hospitales improvisados en varios puntos de la ciudad, donde personal médico voluntario asiste a los afectados, muchos de ellos heridos de gravedad. El bloqueo que los Berkut han impuesto en el centro de Kiev hace que todos los vehículos que intentan acceder al centro sean registrados y desprovistos de cualquier objeto o material que pueda ser utilizado para abastecer el centro de la revuelta. El transporte público también está suspendido desde ayer. El corte de todas las líneas del metro de Kiev, alegando una amenaza terrorista, y el bloqueo de las vías de entrada a la capital precedieron al asalto a la plaza.

Dicho bloqueo provoca que el abastecimiento sea más complicado y que empiecen a aparecer problemas de higiene, con baños químicos a rebosary gente descansando en las aceras. Mujeres cocinan en remolques militares para abastecer a la población aglomerada en Maidán. Moversepor la plaza es complicado, porque ciudadanos de Kiev y gente llegada de todas partes del país se aglutinan para ofrecer su ayuda.

Los diversos grupos opositores que se concentraban en Maidanhan dejado de lado sus diferencias ideológicas para luchar en la misma dirección. Parecen haber desaparecido las reservas que mostraban algunos hacia los grupos de extrema derecha, vinculados a la formación Svoboda (Libertad), la cuarta más importante del país, con 37 escaños de los 450 de la Rada Suprema en su poder.

Bajo el ruido de un camión de agua que dispara contra las barricadas sin descanso, opositores aseguran que la policía está utilizando armas automáticas. La opinión general es que el Gobierno está perdiendo el control de la situación, que el país está sumido en una grave crisis que costará la vida a muchos ucranianos y que, como dicen en las barricadas, “podría terminarse con la pérdida de una sola vida, la del presidente”.

Yanukóvich declara una "tregua" tras cesar al jefe del Ejército

Mientras la violencia se recrudecía en la capital de Ucraniay las protestas se propagaban al oeste del país –donde grupos de manifestantes asaltaron sedes de Administraciones locales y del Estado y quemaron coches policiales– el presidente Yanukóvich declaró ayer una "tregua" tras destituiral jefe al jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Volodimir Zamana, que será sustituido por el almirante Yuri Iliin,jefe de Estado Mayor de la Armada. Zamana se negó a ordenar la intervención militaren la grave crisis.

Descartada entonces la baza del Ejército, Yanukóvich anunció que se reunirá hoycon los líderes de la oposición. Antescontraatacó al ordenar una "operación antiterrorista" en todo el territorio nacional. El objetivo es frenar los desórdenes y desalojar a los opositores de todos los edificios gubernamentales que han ocupado o están asediando. Su decisión llegó poco después de que decretase el cese del jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Volodimir Zamana, que será sustituido por el almirante Yuri Iliin,jefe de Estado Mayor de la Armada.

En un mensaje a la nación, Yanukóvich afirmó que los dirigentes opositores "se pasaron de la raya cuando llamaron a la gente a las armas. Y eso es una clamorosa violación de la ley. Los criminales deben comparecer ante la Justicia, que determinará su castigo". "Ya no podemos devolver a los muertos. Ya hemos pagado un precio muy alto por las ambiciones de aquellos que aspiran al poder. Pero para que ese precio no sea aún más alto, hago un llamamiento a la cordura. Hay que sentarse a la mesa de negociaciones para salvar Ucrania", dijo el presidente, quien la pasadamadrugada se reunió con los dos principales líderes opositores, Vitali Klitschkó y Arseni Yatseniuk, que se niegan a llamar a sus partidarios a dejar las calles.

placeholder Opositores atacan a policías en la ciudad de Rivne, al oeste de Ucrania (Reuters).

Mientras el presidente llamaba al diálogo, Alexandr Yakimenko, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, en sus siglas en ucraniano), anunciaba la decisión de lanzar en breve una operación antiterrorista en todo el país en la que podría participar el Ejército, según el Ministerio de Defensa. Yakimenko justificó este paso en "la escalada de la confrontación violenta y el empleo masivo de armas de fuego por parte de grupos extremistas".

"En muchas regiones del país (los extremistas) toman sedes de los edificios gubernamentales, comisarías de policía, oficinas de los servicios de seguridad, fiscalías, unidades militares y arsenales", recalcó. Además, añadió, "arden los tribunales de Justicia y los vándalos destruyen propiedades privadas y matan a ciudadanos pacíficos". Según sus cifras, en las últimas 24 horas más de 1.500 armas de fuego y unas 100.000 balas han caído en manos de "delincuentes".

Por otra parte, las imágenes de la violencia armadaen Kiev y en otras partes del país han atraído la atención del mundo, al dejar al menos 26 muertos, 16 manifestantes y 10 policías, aseguró Raísa Bogatiriova, titular ucraniana de Sanidad. Según el Ministerio del Interior, los diez agentesmurieron por heridas de bala, lo que ha dado pie a las autoridades a tachar a los manifestantes más radicales de delincuentes y terroristas. En total, de acuerdo con el Comité de Instrucción del Ministerio del Interior, más de 800 personas resultaron heridas en los disturbios, la mitad policías, de los que 83 están hospitalizados con lesiones por arma de fuego.

A los que parece faltarles capacidad de reacción por vez primera desde el inicio de las protestas hace tres meses es a los líderes opositores, que, según muchos analistas, se han convertido en rehenes de la calle. "Los trágicos sucesos del 18 de febrero no son un guion escrito por la oposición política ucraniana, que ha sido, es y será partidaria exclusivamente de formas de protesta pacífica" señala un comunicado emitido esta tarde por los tres partidos opositores con representación parlamentaria.

Kiev. Plaza de la Independencia. Una mesa de producción de cócteles molotov. Mujeres de unos 40 años rellenan botellas de cristal con una mezcla de gasolina y aceite mientras un grupo de chicas, ataviadas con ropa de diario –falda, botas de tacón y abrigo– y que por su edad podrían ser sus hijas, coloca pañuelos de tela a modo de mecha. Mientras, otras jóvenes que apenas superan la veintena arrancan adoquines del pavimento que padres de familia transportan hasta el frente, hasta las barricadas.

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