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Las multinacionales saben hasta “cómo murió tu hija”
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EL USO DE DATOS CON FINES COMERCIALES

Las multinacionales saben hasta “cómo murió tu hija”

Mike encontró en el buzón de su casa una carta de publicidad personalizada. Bajo su nombre y dirección aparecía: “La hija murió en un accidente de coche”

Foto: Un hombre utiliza su teléfono móvil en medio de la Grand Central Terminal en Nueva York. (Reuters)
Un hombre utiliza su teléfono móvil en medio de la Grand Central Terminal en Nueva York. (Reuters)

Mike Seay encontró en el buzón de su casa de Illinois hace algunas semanas una carta de publicidad personalizada. Una de tantas que inundan los hogares estadounidenses, pensó, hasta que se fijó mejor en el membrete. Bajo su nombre y dirección aparecía la siguiente descripción: “Lahijamurióen un accidente de coche”.

Efectivamente, Seay perdió a suhijade 17 años en un accidente de coche el pasado abril. Su novio conducía a gran velocidad y terminó estrellando contra un árbol el coche en que viajaban los dos adolescentes. Y, por algún motivo, la empresa que envió la publicidad lo sabía. El remitente de la carta (OfficeMax) es una gran compañía que se dedica al materialde oficina y en la que Seay reconoce haber comprado alguna vez. ¿Cómo conocían este doloroso detalle de su biografía? El protagonista de la historia no conseguía explicárselo.“No soy un gran cliente de OfficeMax y nunca habría ido allí y hablado con alguien acerca de ello (de la muerte de suhija)”, aseguró al diario Los Angeles Times.

¿Por qué tienen esa información sobre mí? ¿Para qué la necesitan? ¿Qué empresas pueden estar interesadas en saber algo así? ¿Saben cómo murió, cuándo, tienen todo eso registrado? ¿Para qué?, se pregunta Mike Seay

El rotativo californiano ha investigado el incidente y ha llegado a la conclusión de que no se trata de una broma macabra o un fenómeno paranormal, sino de un efecto secundario del marketing personalizado: la tragedia de Mike Seay circula en alguna de las miles de bases de datos personales que se ofrecen a empresas con fines comerciales.Finalmente, la compañía reconoció en un comunicado que el “error” es “resultado de una lista de correo obtenida de un proveedor externo”. Sin más explicaciones.Un “error” que Office Max asegura “lamentar profundamente”.

Mike Seay está intentando ahora que le ofrezcan una respuesta creíble, que le confirmen cómo es posible que se haya producido ese error. “Lo único que he comprado en OfficeMax desde que mihijamurióen septiembre es un paquete de folios”, dijo en una entrevista televisiva. “¿Por qué tienen esa información sobre mí? ¿Para qué la necesitan? ¿Qué empresas pueden estar interesadas en saber algo así? ¿Saben cómomurió, cuándomurió, tienen todo eso registrado? ¿Para qué?”, se preguntó.

Una información valiosa para las compañías

No se trata de una broma macabra o un fenómeno paranormal, sino de un efecto secundario del 'marketing' personalizado: la tragedia de Mike Seay circula en alguna de las miles de bases de datos personales que se ofrecen a empresas con fines comerciales

El almacenamiento de datos personales, que se ha convertido en uno de los mayores negocios de internet, apenas está regulado y hay empresas que se dedican a ofrecer bases de datos con las preferencias, biografías y detalles privados de millones de consumidores. Los escándalos al respecto se suceden en Estados Unidos.Por ejemplo, recientemente se supo que el gigante de la distribución, Target, identifica a las clientas embarazadas. Según una audiencia celebrada en el Congreso a finales del año pasado, se han llegado a vender bases de datos con los detalles clínicos de enfermos de sida e incluso con víctimas de violaciones.

Conocer los hábitos de vida y consumo de las personas a través, por ejemplo, de sus teléfonos móviles es una tendencia en auge. Tal y como publicó Teknautas en este diario, las empresas pueden obtener información sobre la salud o los gustos de potenciales consumidores gracias a sus smartphones. Turnstyle Solutions Inc., por ejemplo, es una compañía de tecnología que ha colocado sensores en más de 200 empresas y tiendas del centro de Toronto para realizar un seguimiento de los compradores.

Dichos sensores, cuyo tamaño es similar al de una baraja de cartas, siguenlas señales wifi emitidas por lossmartphones, lo que les permite crear una especie de retrato de sus hábitos de consumo. Y ya cuentan con una base de datos bastante amplia que recoge la rutina de millones de personas: desde si han desayunado en la cafetería, se han apuntado a clases de yoga, dormido en cualquier hotel o entrado en unadiscoteca.

Mike Seay encontró en el buzón de su casa de Illinois hace algunas semanas una carta de publicidad personalizada. Una de tantas que inundan los hogares estadounidenses, pensó, hasta que se fijó mejor en el membrete. Bajo su nombre y dirección aparecía la siguiente descripción: “Lahijamurióen un accidente de coche”.

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