Jarret y Furman, los 'chicos de Obama' a los que hay convencer de que España va bien

Una hora pisando moqueta en el Despacho Oval, unas breves palabras frente a la prensa (sin preguntas, por supuesto) y el apretón de manos con Barack Obama bajo la habitual lluvia de flashes. El momento estelar de la agenda de Mariano Rajoy en Washingtonha tenidolugar a las 14:15 (20:15 hora española)de hoy y, según aseguran en Moncloa, se tocará una enorme variedad de temas: desde la presunta recuperación de España a “cuestiones de interés común en América Latina” (¿Panamá?), pasando por el Tratado de Libre Comercio que negocian la Unión Europea y Estados Unidos. Muchos asuntos sobre la mesa y poco tiempo para discutirlos, todavía menos si tenemos en cuenta que alguien tendrá que interrumpir para ir traduciendo.

Lo importante en estos casos es el mensaje mediático y las sensaciones personales que se generan. Porque los detalles técnicos y las evaluaciones en profundidad corren a cargo de expertos que apenas salen en televisión, 'hombres de gris' que entrarán en escena mañana, cuando se reúnan en privado con la comitiva de Rajoy. A la hora del almuerzo, el presidente y su séquito se codearán con más de cien CEO americanos de primer nivel en la poderosa Cámara de Comercio de Estados Unidos. Horas antes, el hotel Hay Adamsserá el escenario de un desayuno en el que participarán dos de los principales asesores de Obama: Jason Furman y Valerie Jarret. Compartirán mesa y café con Álvaro Nadal (jefe de la Oficina Económica de la Moncloa) y Jaime G. Legaz (Secretario de Estado de Comercio), flanqueados por un grupo de pesos pesados del sector privado español (30 en total, según fuentes de la CEOE), entre ellos César Alierta, Simón Pedro Barceló, José Manuel Entrecanales, Isidro Fainé, Florentino Pérez, Ignacio Sánchez Galáno Juan Rosell.

A Obama hay que caerle bien, pero es a Furman y Jarret a quienes habrá que convencer de que España se recupera, de que vuelve a ser un buen lugar para invertir (EEUU es nuestro segundo mayor inversor) y de que, pese a las crisis, tragedias y escándalos de los últimos tiempos, nuestras empresas son capaces de montar redes ferrocarriles de alta velocidad, puentes, infraestructuras, parques eólicos y cualquier otra cosa en la que las Administraciones Públicas estadounidenses estén dispuestas a gastar su dinero.

Valerie Jarret

Oficialmente es la directora de Compromisos Públicos y de Relaciones Intergubernamentales de la Casa Blanca. Extraoficialmente, se trata del asesor más influyente de todos, a quien el New York Times define en ocasiones como la “jefa de Gabinete en la sombra”. Jarret es amiga íntima de la pareja Obama desde hace más de dos décadas, cuando entrevistó a Michelle para un puesto de trabajo en la alcaldía demócrata de Chicago.

Fue esta abogada de 56 años quien se fijó en el potencial del entonces jovencísimo Barack y quien lo ayudó a conseguir fondos para llegar a Washington como senador de Illinois. La amistad se fraguó en tiempos en los que el hoy presidente ni siquiera había pagado su deuda universitaria.

Los cronistas de palacio aseguran que Obama cambia a menudo de opinión sobre asuntos importantes después de recibir una visita de Jarret, que cuenta con permiso para cruzar el umbral del jardín presidencial a cualquier hora del día. Y no sólo hablan de trabajo: Jarret veranea con la pareja presidencial, acude a las fiestas de cumpleaños de sus hijos y participa en las reuniones más íntimas, aunque ella insiste en que en estas situaciones "nunca se habla de política". Su opinión, además, resulta especialmente influyente en temas de política exterior.De hecho, Jarret acompaña al presidente en muchos de sus viajes al extranjero. Estaba ahí, por ejemplo, en la despedida de Nelson Mandela en Sudáfrica a finales del año pasado, cita en la que se supone que se fraguó la ansiada visita de Rajoy a la Casa Blanca.

Jason Furman

Fue el director económico de la primera campaña electoral del presidente y lleva desde entonces (2008) susurrando en la oreja de Obama, que lo considera “una de las mentes más brillantes de su generación”. Su peso ha ido creciendo dentro del equipo y el año pasado se convirtió en el jefe del Consejo de Asesores económicos del presidente.

Es un tipo relativamente joven (nació en 1970), pero con un currículo impresionante. Estudió en Harvard, con un máster en la London School of Economics, y después trabajó codo con codo con Joseph Stigliz en el Banco Mundial. En el terreno político, ha aconsejado a los últimos cuatro candidatos presidenciales del Partido Demócrata. Entre otros, trabajó en el equipo de Bill Clinton y después en las campañas de Al Gore y John Kerry, a quienes George W. Bush impidió alcanzar la presidencia.

Furman nació en Nueva York y la anécdota simpática de su biografía es que, siendo estudiante, hacía malabares para los turistas en la calle con manzanas, huevos, bolas, antorchas y cuchillos. Él asegura que en un solo día sacaba más de 500 dólares y que congregaba grupos de 200 personas, aunque el dinero nunca le hizo falta ya que procede de una familia acaudalada.

Como Obama, Furman dice ser un defensor de la sanidad universal (últimamente se pasa el día defendiendo el Obamacare en Twitter) y los impuestos progresivos. A pesar de ello, en su entorno se le considera un “centrista peligroso”. De hecho, su ascenso ha enfadado a algunos de los miembros más radicales del entorno de Obama, que le acusan de estar tan obsesionado como los republicanos con el déficit y de defender el modelo de negocio de compañías como Wal-Mart, criticadas por su política laboral y sus tácticas de expansión agresivas, que arrasan con la competencia, ponen de rodillas a los suministradores y hunden miles de pequeños negocios.