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El nuevo icono de la izquierda francesa se diluye en un mar de insultos racistas
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CHRISTIANE TAUBIRA, MINISTRA DE JUSTICIA

El nuevo icono de la izquierda francesa se diluye en un mar de insultos racistas

Es mujer, negra, de izquierdas y ministra. Cualidades suficientes para ser odiada. Taubira, ministra de Justicia gala, es el nuevo 'puching ball' de la derecha

Foto: La ministra de Justicia, Christiane Taubira, abandona el Palacio del Elíseo tras una reunión (Reuters).
La ministra de Justicia, Christiane Taubira, abandona el Palacio del Elíseo tras una reunión (Reuters).

Es mujer, negra, de izquierdas y ministra. Cualidades suficientes para ser odiada por más de la mitad de sus conciudadanos. Christiane Taubira, responsable de Justicia en el Gobierno de François Hollande, se ha convertido en el puching ball de la derecha. La izquierda oficial, que terminó 2013 bastante mustia, temerosa de los próximos enfrentamientos electorales y desprovista de figuras que despierten entusiasmo, ha intentado erigirla en icono del año que acaba de concluir.

Taubira es la madre de la ley que ha legalizado en Francia el matrimonio entre homosexuales. Y en ella ha recaído la furia de los elementos más retrógrados de la sociedad mientras, con un derrotado Sarkozy, el centro-derecha se automutilaba en guerrillas de líderes con cero gramos de carisma.

Las manifestaciones masivas contra el matrimonio homosexual protagonizadas por la ultraderecha católica (el FN de Le Pen se mantuvo al margen), encontraron en Taubira el lucifer político perfecto

El "pueblo de derechas"se sentía huérfano de líder y de emociones hasta que una inteligente campaña de propaganda hizo despertar a una masa silenciosa y átona que encontró en la ley de matrimonio gay la chispa de lavida. Las manifestaciones masivas, algunas violentas, protagonizadas por la ultraderecha católica (el FN de Le Pen se mantuvo al margen), encontraron en Taubira el lucifer político ideal.

Embriagados por el inesperado éxito de convocatoria, pero frustrados por lo inservible de sus esfuerzos, muchos de esos militantes optaron por la denigración personal y sistemática de la ministra. Y nada más fácil para ello que vehicular mensajes racistas a través de las redes sociales.

El ataque de una colegiala racista

Nada nuevo para personajes públicos franceses negros o judíos, pero la ofensiva no se quedóen la red de redes. Una colegiala de 12 años recibió a la ministra de Justicia con gritos de "chimpancé, cómete tu banana".El caso chocó a muchos por la edad de la chica, pero la adolescente no hacía más que imitar los insultos que, desde el anonimato de esas manifestaciones, los adultos proferían contra Taubira.

Poco después, fue el semanario ultraderechista Minute el que titulaba en primera página 'La ministra recobra la banana'. Banana en argot francés significa también sonrisa. El antetítulo ayudaba a la compresión: 'Lista como un mono'.

Y como la estupidez ni tiene límites, también una candidata del Frente Nacional osó comparar a la ministra con un simio, en declaraciones a la televisión pública. Marine Le Pen dio de baja a su militante, pero Taubira arremetió contra el FN.

LA ONU condenó públicamente los ataques racistas contra Christiane Taubira, en una iniciativa que contrastaba con la floja reacción de la propia izquierda francesa. Quizá la razón esté en su reciente pasado político.Taubira no sólo tiene enemigos en la derecha, también encuentra detractores en la izquierda y en el propio Partido Socialista, del que no es miembro.

Del independentismoa una alianza con Tapie

Christiane Taubira, nacida en la Guyana francesa, no siempre quiso ser gala. Durante un período, no sólo flirteó, sino que defendió la independencia. Años más tarde, ya diputada francesa, votó a favor de la investidura del Gobierno del conservador Edouard Balladour. En una pirueta que no le gusta recordar, se alió con Bernard Tapie en 1994 para optar al Parlamento Europeo.

En 2002 se presentó a las presidenciales como candidata del Partido Radical de Izquierda. Su 2,32 en el porcentaje de votos ayudó a privar al socialista Jospin de la Jefatura del Estado y a conceder a Le Pen el placer de participar por primera vez en una final contra Chirac por la Presidencia

Pero lo peor para muchos socialistas estaba por llegar. En 2002 se presentó a las presidenciales como candidata del Partido Radical de Izquierda. Su 2,32 en el porcentaje de votos ayudó a privar al socialista Lionel Jospin de la Jefatura del Estado y a conceder a Jean Marie Le Pen el placer de participar por primera vez en una final contra Jacques Chirac por la Presidencia.

Taubira pertenece a un sector de la izquierda francesa conocido,entre otras,por varias ideas básicas:la delincuencia es casi siempre "culpa del sistema"; Francia debe acabar con la uniformidad cultural y religiosa e Israel es siempre el malo de la película en el conflicto de Oriente Medio.

En algunos de esos postulados choca de frente y sin frenos contra varios de sus compañeros de Gabinete. La guerra que libraron el pasado verano Taubira y el titular de Interior, Manuel Valls, no es un ejemplo precisamente de cooperación y camaradería.

Taubira presentó una ley que ayudaría a excarcelar a los presos con menos de cinco años de condena. Valls, representante del ala realista en el PSF, consiguió machetear el proyecto hasta privarle de las propuestas más sensibles para una población asustada por la sensación de aumento de la delincuencia.

placeholder El titular de Interior, Manuel Valls, junto a Taubira durante una rueda de prensa en Marsella (Reuters).

En las últimas semanas, hasta las organizaciones de magistrados de izquierda se han declarado frustrados por la falta de medidas para reformar la Justicia.Para muchos analistas, la elección de Taubira como ministra fue sólo un guiño de Hollande para contentar a los radicales de su partido y a la izquierda exterior al PSF.

Para 6 de cada 10 franceses, el racismo está a veces justificado. En ocasiones, la virulencia de algunas organizaciones antiracistas y los profesionales de la autoflagelación por supuestos delitos cometidos hace siglos, no ayudan a invertir esa estadística.

Es mujer, negra, de izquierdas y ministra. Cualidades suficientes para ser odiada por más de la mitad de sus conciudadanos. Christiane Taubira, responsable de Justicia en el Gobierno de François Hollande, se ha convertido en el puching ball de la derecha. La izquierda oficial, que terminó 2013 bastante mustia, temerosa de los próximos enfrentamientos electorales y desprovista de figuras que despierten entusiasmo, ha intentado erigirla en icono del año que acaba de concluir.

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