Pavor en la economía italiana por el abismo al que la precipita Berlusconi

¿Qué demonios le pasa a Italia para que los gobiernos no duren ni cinco meses? ¿Por qué va a ser uno de los países europeos que salga más tarde de la recesión? ¿Cómo es posible que en una nación con su capacidad industrial, creativa y comercial hayan desaparecido más de 54.000 empresas manufactureras, el 19% del total, de 2009 a 2012? La respuesta a estas preguntas y a otras muchas acerca de los males que sufren los italianos es siempre la misma: Silvio Berlusconi.

Durante la semana pasada el magnate ha vuelto a demostrar que, veinte años después de su desembarco en política, sigue siendo el veneno que paraliza la normalización del país. Poco importa que tenga ya 77 años (los cumplió ayer) o que la Justicia esté a punto de limitar su libertad por su condena en el caso Mediaset: 'Il Cavaliere' todavía no se ha topado con nadie que lo descabalgue y libere así a Italia del lastre que supone para alcanzar de una vez la ansiada estabilidad institucional.

La patronal y los economistas ya lo habían advertido en los días pasados: cuidado con una crisis de gobierno. Con una situación económica tan débil, los vaivenes de la política podían resultar criminales para la valoración que los mercados hacen del país. Berlusconi hizo oídos sordos a sus palabras y, mientras el primer ministro, Enrico Letta, vendía en Naciones Unidas las medidas de su Ejecutivo para sacar al país de la crisis, él dinamitaba la coalición que sostiene al Gabinete. Amenazó primero con forzar la dimisión en bloque de todos sus parlamentarios si la izquierda no impedía que le quitaran su escaño de Senador por su condena en el “caso Mediaset” y, cuando Letta paralizó el Gobierno por este motivo, decidió dar un paso más retirando a los ministros de su partido.

En Italia hay pavor frente a la reacción que pueden tener los mercados ante el fin de semana de locos que ha vivido el país. Con una deuda pública del 120% del PIB, la previsible subida de la prima de riesgo pesará en el pago de los intereses. Los ciudadanos pagarán mañana mismo el precio de la inestabilidad, pues debido a la crisis de Gobierno han saltado por los aires los planes de congelar la subida del IVA, que ahora pasará del 21 al 22%. El aumento supondrá un desembolso adicional de 350 euros por familia al año.

Michele Sorice, profesor de Comunicación Política en la Universidad Luiss de Roma, considera que al propiciar la caída del Ejecutivo, ha prevalecido “la falta de sentido común” dentro de las filas del partido del magnate, el Pueblo de la Libertad (PDL). Es una idea compartida por algunos de los dirigentes de la formación, quienes se quejaban ayer de la deriva extremista adoptada y de que Berlusconi hubiera tomado esta decisión sin consultarles. Entre los contrarios a la decisión de obligar a dimitir a los ministros está Angelino Alfano, 'número dos' del Gobierno, secretario general del PDL y delfín de “Il Cavaliere”.

Alfano lidera a un grupo de parlamentarios llamados a ser determinantes esta semana: deberán elegir entre la obediencia ciega que exige su septuagenario líder o el sentido de responsabilidad nacional. Tendrán que hacerlo, además, en público, pues Letta tiene previsto celebrar una moción de confianza en el Parlamento para saber si puede o no seguir gobernando. Acordó ayer esta estrategia con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien contempla la disolución de las Cámaras y la convocatoria de elecciones anticipadas como el último escenario.

La votación de estos días puede acelerar la previsible ruptura del PDL que se vislumbra desde hace meses. “La formación puede partirse en dos o tres partes, aunque es un proceso que no será inmediato. Existen divisiones entre las diversas facciones del partido: los hay de corte más similar a la derecha moderna europea, otros son más populistas, algunos liberales... El pegamento que los une es Berlusconi”, explica Sorice. Con la decisión de tumbar al Gobierno, “es probable que algunos parlamentarios, pertenecientes al ala más moderada, rompan con él y apoyen al nuevo Ejecutivo que podría surgir”. De hecho, ya se habla de un grupo de entre 10 y 15 senadores dispuestos a apoyar el llamado “Letta bis”, un Gabinete de emergencia que tendría como objetivo principal reformar la ley electoral. Para seguir vivo en el Senado, donde su formación, el Partido Democrático (PD), no tiene mayoría, Letta necesitaría al menos 13 votos más. Napolitano no quiere que el país acuda de nuevo a las urnas con el actual sistema, pues es muy alto el riesgo de que los comicios dejen un resultado tan endiablado como el de las elecciones del pasado mes de febrero.

La tentación del cómico Grillo

Emilia Patta, cronista política del diarioIl Sole 24 Ore, considera que hay otro posible escenario: el nacimiento de un Ejecutivo de izquierdas entre el PD y el Movimiento 5 Estrellas, el grupo del cómico Beppe Grillo. “Esta posibilidad sería muy peligrosa para los intereses de Berlusconi”, apunta la periodista. Grillo, sin embargo, bramaba ayer contra esta eventual coalición y pedía nuevas elecciones, seguro de que las ganaría el M5E. Algunos de sus parlamentarios, en cambio, se mostraban más favorables. Sorice considera que les ocurriría algo similar al caso del PDL: “Algunos de los senadores de Grillo podrían romper con la disciplina de su partido y apoyar al nuevo Ejecutivo. Al líder de la formación no le conviene, porque su posición es destructiva”.