El Papa Francisco encuentra en Venezuela a su mano derecha

Cinco meses después de su inesperada elección como obispo de Roma,Francisco nombrará probablemente hoy al que será su mano derecha en el gobierno de la Iglesia católica. El elegido es el arzobispo italiano Pietro Parolin, de 58 años y actual nuncio apostólico (embajador de la Santa Sede) en Venezuela. El nombramiento fue adelantado ayer por la prensa italiana y confirmado a este diario por fuentes de la Santa Sede. El sustituto del cardenalTarcisio Bertoneal frente de la Secretaría de Estadoreúne todas las características que debe tener quien esté al frente del organismo más poderoso de la Curia vaticana, marcadas por la tradición y por las peticiones que hicieron los purpurados que participaron en el cónclave del pasado mes de marzo.

La primera de ellas es la nacionalidad. Parolin cumple con el precepto señalado porJuan Pablo II, quien dijo que un Papa no italiano ha de nombrar a un secretario de Estado nacido en el país transalpino. El segundo requisito es que conozca bien el engranaje de la burocracia de la Santa Sede. El hombre al quele ha tocado la difícil tarea de defender los intereses de la Iglesia católica en la Venezuela de Hugo Chávezcumple a la perfección con este punto, pues fue durante siete años subsecretario para las Relaciones con los Estados, un cargo asimilable al del “número dos” del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Gobierno de cualquier otra nación. Parolindesempeñó esta responsabilidad hasta 2009, cuando desembarcó en Caracas.

Este alejamiento de Roma durante los años finales del pontificado deBenedicto XVI, marcados por las luchas intestinas que desembocaron en el escándalo del casoVatileaks, le permiten cumplir con otra de las demandas expuestas por los cardenales que eligieron aJorge Mario Bergogliocomo Papa:Parolin viene de fuera, conoce la realidad de la comunidad cristiana más allá del entorno del río Tíber y, que se sepa, no ha participado en las pugnas y camarillas que han sacudido la Curia romana. El sustituto del cardenal Bertone, a diferencia de éste, es miembro del servicio diplomático de la Santa Sede y completa su currículum con su experiencia en las representaciones pontificias en Nigeria y México. Habla italiano, español, inglés y francés.

Parolinno acumulará tanto poder como su antecesor, quien en sus siete años como secretario de Estado se ha granjeado numerosos enemigos tanto dentro de la Santa Sede como en algunas de las más importantes archidiócesis del orbe católico. Se le ha tachado deaspirante a ‘vicepapa’ y se ha criticado el supuesto nepotismo en que cayó en algunos nombramientos vaticanos, pues habría favorecido a los religiosos salesianos, congregación a la que pertenece.Bertone, de 78 años, continuará hasta mediados de octubre como secretario de Estado y luego mantendrá los cargos de presidente del consejo que controla el Instituto para las Obras de Religión (IOR), la banca vaticana, así como el de Camarlengo, el cardenal encargado de comandar la Iglesia católica en caso de muerte o renuncia del Pontífice.

Parolintendrá una influencia más limitada debido a la inminente reestructuración de la Curia romana. A principios del mes de octubre,Franciscose reunirá en Roma con los ocho cardenales que forman la comisión que creó en abril para que le ayudara en el Gobierno de la Iglesia y en la reforma de la organización de la Santa Sede.Uno de los grandes cambios que se espera es el redimensionamiento de la Secretaría de Estado, para que vuelva a sus orígenes y se convierta en un organismo más de la administración vaticana.Parecen terminados los tiempos en los que todo se decidía y trataba en la ‘Terza Loggia’, el espacio del palacio apostólico donde tienen sus oficinasBertoney sus subalternos.

Aunque lo pretenda, Parolin tampoco podrá emular a su antecesor debido alposible nacimiento de un nuevo cargo, el de coordinador de la Curia romana. Según fuentes vaticanas, recaería en un eclesiástico respetado que, sin contar con responsabilidades particulares en ningún área del gobierno de la Iglesia, se encargaría de mejorar la comunicación interna entre los distintos ‘ministerios’ vaticanos para evitar duplicidades y aunar esfuerzos. Durante el pontificado deBenedicto XVIhan sido muy evidentes estas necesidades.Se especula incluso con la convocatoria de una reunión semanal de los presidentes y prefectos de los dicasterios vaticanos con Francisco, un encuentro similar a los consejos de ministros de cualquier Gobierno.

Parolinno heredará tampoco otro de los grandes poderes deBertone, por quien había que pasar casi de forma irremediable para tener acceso a Benedicto XVI. Algunos cardenales y obispos, tanto de la Curia como de fuera de ella, se quejaban a menudo de ello. Con la reforma en ciernes,la comunicación con el obispo de Roma debería ser mucho más directa y accesible, de manera que la información le llegue a Francisco sin filtros,algo que no siempre ocurría con su antecesor, como se vio durante el escándalo del casoVatileaks.