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'Monseñor 500' da la puntilla a la banca vaticana
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DETIENEN A NUNZIO SCARANO POR SUPUESTO FRAUDE Y CORRUPCIÓN

'Monseñor 500' da la puntilla a la banca vaticana

En Salerno, su localidad natal, le llamaban “Monseñor 500” por la enorme disponibilidad que tenía de billetes desea cantidad. El escándalo que protagonizó este viernes con

Foto: 'Monseñor 500' da la puntilla a la banca vaticana
'Monseñor 500' da la puntilla a la banca vaticana

En Salerno, su localidad natal, le llamaban “Monseñor 500” por la enorme disponibilidad que tenía de billetes desea cantidad. El escándalo que protagonizó este viernes con su detención, el sacerdote italiano Nunzio Scarano puede haber terminado de convencer al Papa de que hace falta un cambio profundo en la forma en que el Vaticano gestiona el espinoso asunto de los dineros. Francisco, que manifestó a principios del pontificado su voluntad de dirigir una Iglesia “pobre y para los pobres”, es bien consciente de que la comunidad cristiana no puede permitirse más polémicas económicas como esta, que ensucian su nombre y la alejan del ideal que persigue el obispo de Roma.

Aunque en una entrevista con La Città di Salerno echa las culpas de todo a su asesora fiscal y dice que él sabe de “derecho canónico” y no de finanzas, Scarano no parece del todo ajeno al supuesto sistema de fraude y corrupción que desmanteló ayer la Guardia de Finanzas (policía fiscal) al detener al monseñor y a sus dos cómplices: Giovanni Maria Zito, exagente de los servicios secretos internos italianos, y Giovanni Carenzio, intermediario de Bolsa.

El eclesiástico conoce bien el mundo de las finanzas, pues antes de ordenarse sacerdote en 1987 trabajó durante varios años en Deutsche Bank. Esta experiencia le llevó a encargarse de la contabilidad en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el organismo que gestiona los bienes inmobiliarios de la Santa Sede. En Roma, fuera de los muros Leoninos, el Vaticano posee miles de viviendas, locales comerciales y terrenos. Su detención golpea doblemente a la curia romana, pues además de desempeñar un cargo de responsabilidad dentro de la burocracia vaticana, Scarano disponía de dos cuentas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco de la Santa Sede. Este organismo está siendo investigado por la Fiscalía por supuestas irregularidades, entre las que se encuentran las que al parecer cometió el sacerdote detenido.

Donaciones a empresarios

Scarano supuestamente participó en un intento para introducir en Italia 20 millones de euros en efectivo desde Suiza con un avión privado. El dinero, al parecer, era de los hermanos D'Amico, tres armadoresMonseñor 500 está en el punto de mira de los magistrados por dos posibles episodios delictivos. El primero de ellos comenzó cuando retiró 560.000 euros en efectivo de su segunda cuenta en el IOR, denominada “fondo ancianos” y dedicada a recoger las donaciones, según cuenta el citado diario salernitano. Después, supuestamente, entregó ese dinero a empresarios y amigos de su ciudad, quienes a cambio le dieron cheques por las mismas cantidades que recibían en concepto de donaciones. Luego el monseñor depositó los talones en el banco vaticano. La operación apestaba a lavado de dinero negro para cualquier observador y provocó la apertura de una investigación sobre él y a otras 56 personas.

El segundo episodio por el que se le investiga, más espectacular, es el que le ha llevado a la cárcel. Scarano supuestamente participó en un intento para introducir en Italia 20 millones de euros en efectivo desde Suiza con un avión privado. El dinero, al parecer, era de los hermanos D'Amico, tres armadores que mantienen una relación de amistad con el imputado. Su abogado, Silverio Sica, dice que ideó el plan para ayudar a sus amigos. Entró primero en contacto con Carenzio, bróker italiano afincado en las Islas Canarias y que custodiaba en Suiza los 20 millones de los D'Amico, y luego con Zito, esperando que por su pertenencia a los servicios secretos pudiera evadir fácilmente las aduanas. A este último le entregaron 400.000 euros por sus servicios, encargándole que alquilara un avión privado con piloto para sacar el dinero del país.

Monseñor 500, que curiosamente llamó primero a las puertas de la Justicia para denunciar un robo en su vivienda de Salerno el pasado diciembre, es socio de varias empresas dedicadas al negocio inmobiliario en su ciudad, según desveló el diario Il Fatto Quotidiano. Esta publicación asegura además que en su casa guarda gran cantidad de obras de arte y objetos de valor. Estos lujos contrastan con el lugar donde vive en Roma: la Domus Internationalis Paulus VI, la residencia del Vaticano para sacerdotes situada en pleno centro de la ciudad y donde impera la austeridad. Curiosamente el imputado debió de coincidir en la Paulus VI el pasado marzo con Jorge Mario Bergoglio, entonces cardenal arzobispo de Buenos Aires, que se hospedó allí durante los días de las congregaciones generales, las reuniones previas al cónclave en las que un buen número de purpurados, entre ellos Bergoglio, coincidió en que había que hacer una profunda reforma del IOR. El antiguo compañero de residencia de Scarano acabó aquellos emocionantes días de marzo vestido de blanco, con el nombre de Francisco y decidido a darle la vuelta a la banca vaticana.

En Salerno, su localidad natal, le llamaban “Monseñor 500” por la enorme disponibilidad que tenía de billetes desea cantidad. El escándalo que protagonizó este viernes con su detención, el sacerdote italiano Nunzio Scarano puede haber terminado de convencer al Papa de que hace falta un cambio profundo en la forma en que el Vaticano gestiona el espinoso asunto de los dineros. Francisco, que manifestó a principios del pontificado su voluntad de dirigir una Iglesia “pobre y para los pobres”, es bien consciente de que la comunidad cristiana no puede permitirse más polémicas económicas como esta, que ensucian su nombre y la alejan del ideal que persigue el obispo de Roma.