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Siete claves para entender las elecciones
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EN EE.UU. NO ELIGEN HOY AL PRESIDENTE NI SIEMPRE GANA EL CANDIDATO MÁS VOTADO

Siete claves para entender las elecciones

Las papeletas de las elecciones presidenciales que se depositarán hoy en las urnas de EE.UU. no deciden automáticamente quién será el próximo presidente. Los votos de

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Siete claves para entender las elecciones

Las papeletas de las elecciones presidenciales que se depositarán hoy en las urnas de EE.UU. no deciden automáticamente quién será el próximo presidente. Los votos de hoy eligen a los compromisarios o ‘electores’, quienes no votarán formalmente al presidente hasta el próximo 17 de diciembre. Es una de las peculiaridades de un sistema electoral que tiene su origen en el siglo XVIII, aunque haya sido modificado con posteriores enmiendas.

1. Hoy se vota, pero no se elige al presidente hasta el día 8 de enero. Las votaciones de hoy sirven para elegir a 538 compromisarios, representantes de los 50 estados más el Distrito de Columbia (donde está Washington). Estos compromisarios nunca se reúnen a nivel nacional, lo harán en sus respectivos estados el próximo 17 de diciembre. Ese día deciden a quién votan como presidente y vicepresidente de los EE.UU. Sus votos son enviados a Washington, donde el próximo 8 de enero (normalmente es el día 6, pero este año cae en domingo) se hace el recuento en una sesión conjunta del Congreso y el Senado. El vicepresidente del Gobierno es el encargado ese día de anunciar el nombre del ganador. La toma de posesión será el 20 de enero.

2. El más votado no siempre es el ganador. En la medida en que normalmente se lleva todos los compromisarios de un estado el que más votos saca, es posible que el candidato más votado a nivel nacional no sea el ganador final. Las últimas encuestas publicadas este año indican qué puede suceder con un Mitt Romney que arrasa en algunos estados, pero pierde por la mínima en otros, por lo que Barack Obama se lleva todos los compromisarios de estos últimos.

Este escenario ya se produjo en las elecciones del año 2000 cuando George W. Bush ganó en número de compromisarios, aunque perdió frente a Al Gore en el voto popular. Otros dos presidentes, Rutheford B. Hayes en 1876 y Benjamin Harrison, en 1888, también alcanzaron la Casa Blanca sin ser los más votados en toda la Unión.

3. ¿Quien gana en cada estado siempre se lleva todos los representantes? Al contrario que en España, las presidenciales de EE.UU. no son unas elecciones generales. Se trata de 51 procesos electorales distintos, uno por cada estado, para elegir a un único presidente. A partir de ahí, 48 de esos 50 estados eligen al candidato con la fórmula de que quien suma más votos se lleva todos los compromisarios. Pero hay dos estados que no lo hacen así, Maine y Nebraska. En estos dos territorios la elección del candidato se hace por distritos: gana quien consigue dominar la mayoría de distritos del estado, lo que no implica más votos a nivel estatal, ya que un distrito puede estar más despoblado que otro.

4. ¿Puede un compromisario no seguir el dictado de sus votantes? En 24 de los 50 estados está prohibido, pero en el resto no hay una normativa al respecto. De hecho, ha habido casos de compromisarios ‘desleales’, que no han votado al candidato para el que habían sido elegidos. En las distintas elecciones del siglo XX se han dado casos, pero siempre minoritarios y nunca han afectado al resultado final.

5. El empate es posible… y este año está cerca. En las presidenciales de hoy se elige a 538 compromisarios. Puede suceder que cada candidato consiga 269 partidarios, lo que daría lugar a un empate. ¿La solución? La tiene la Cámara de Representantes, pero no en una votación por mayoría simple. Los representantes de cada estado en el Congreso deben reunirse previamente y elegir un único nombre, teniendo cada estado un único voto en esta decisión que rompa el empate. El Senado, por su parte, elegiría al vicepresidente. Si esa situación se diera este año, lo normal es que el presidente fuera republicano y el vicepresidente demócrata, una situación inédita en los EE.UU.

6. Los congresistas no tienen disciplina de voto. Al contrario de lo que ocurre en las presidenciales, donde el que gana normalmente se lleva a todos los compromisarios, los congresistas (que también salen votados hoy) se eligen por distritos. Es un sistema más proporcional, que permite la elección de personas ajenas a la maquinaria de los partidos que trabajan para los votantes de su zona. La disciplina de voto que hay en España ni se contempla en los EEUU, donde el candidato no se debe al ‘aparato’, si no a sus votantes, a los que conoce y con los que convive habitualmente.

7. Ni ‘fiesta de la democracia’ ni jornada de reflexión. El día de las elecciones no es festivo en los EE.UU. Los ciudadanos acuden a votar antes del trabajo o al volver a casa por la tarde, por lo que no se maneja el tópico de disfrutar ‘una fiesta de la democracia’. Y aquí tampoco existe la jornada de reflexión, por lo que te puedes encontrar al candidato al Senado o a la Cámara de Representantes haciendo campaña en la propia puerta del colegio electoral, antes de emitir tu voto.

Hay quien ve obsoleto este proceso y puede que no siempre refleje la voluntad popular, es cierto. Pero también es verdad que “este sistema electoral ha demostrado durabilidad y adaptabilidad durante más de dos siglos de gobiernos bajo la Constitución de los Estados Unidos”, tal y como recuerda Thomas H. Neale, uno de los expertos en normas de gobierno del Servicio de Estudios del Congreso.

Las papeletas de las elecciones presidenciales que se depositarán hoy en las urnas de EE.UU. no deciden automáticamente quién será el próximo presidente. Los votos de hoy eligen a los compromisarios o ‘electores’, quienes no votarán formalmente al presidente hasta el próximo 17 de diciembre. Es una de las peculiaridades de un sistema electoral que tiene su origen en el siglo XVIII, aunque haya sido modificado con posteriores enmiendas.