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Monti acelera los ajustes para evitar un agosto caliente
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EL EJECUTIVO ITALIANO SOLO TENDRÁ 13 DÍAS DE VACACIONES

Monti acelera los ajustes para evitar un agosto caliente

El Gobierno italiano le tiene miedo a agosto. Los economistas lo consideran el mes más peligroso para los mercados, pues las vacaciones hacen que se reduzca

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Monti acelera los ajustes para evitar un agosto caliente

El Gobierno italiano le tiene miedo a agosto. Los economistas lo consideran el mes más peligroso para los mercados, pues las vacaciones hacen que se reduzca el número de operaciones, lo que aumenta las posibilidades de sufrir ataques especulativos. El panorama previo es desolador: en julio la prima de riesgo ha escalado hasta niveles cercanos a los máximos de noviembre mientras la bolsa de Milán se despeña casi a la misma velocidad que la de Madrid.

Para darle la vuelta a esta situación y tratar de evitar así un verano aún más caliente, Mario Monti ha acelerado la aprobación en el Parlamento de las últimas reformas. Pretende que obtengan “luz verde” antes del 2 de agosto, mandando el mensaje de que los miembros del Ejecutivo han hecho los deberes antes de disfrutar de las sobrias y cortas vacaciones (sólo trece días) permitidas por el premier.

Las prisas de Monti han provocado que los senadores y diputados italianos se pongan a trabajar a una velocidad desconocida. De los 60 días que, como poco, tarda el recorrido parlamentario de los decretos ley, se ha pasado a la mitad. Para sacar adelante el nuevo plan de ajuste presentado a principios de mes, que supondrá un ahorro para las arcas públicas estimado en 26.000 millones de euros, el Gobierno tiene previsto utilizar la votación de confianza en ambas cámaras.

Los partidos, además, en un ejercicio de responsabilidad, han reducido las 2.000 enmiendas realizadas al decreto ley que contiene las últimas reformas a sólo unas pocas, limitadas a los aspectos principales de los recortes. Con la prima de riesgo por encima de los 500 puntos y en continuo ascenso, han entendido que hay poco tiempo para los interminables debates que marcan la liturgia parlamentaria italiana.

Para cubrirse las espaldas, el Ejecutivo ha cancelado la subasta de deuda pública prevista para el 14 de agosto. Sólo se podrán comprar bonos transalpinos en el mercado primario a finales de mes, los días 28, 29 y 30. Monti intenta conseguir de esta forma un doble efecto. Saca primero músculo mostrando que Italia puede aguantar un mes sin pedir prestado pues, como dijo el Tesoro en un comunicado, “los ingresos fiscales están yendo bien”. La segunda consecuencia de esta decisión es que se reducen los daños que el posible ascenso de la prima de riesgo tendría en el interés de la deuda pública emitida.

Además de acelerar los trámites parlamentarios y de cancelar la subasta de mitad de agosto, Monti trata de que el debate público se centre en la economía real y no en los vaivenes de los mercados. En Rusia, donde ha pasado dos días en visita oficial, destacó la fortaleza de las empresas italianas y los éxitos del Gobierno, que en sólo ocho meses ha realizado reformas que la Unión Europea reclamaba a Italia desde hace décadas. Citando a Alcide De Gasperi, uno de los padres del actual sistema republicano, el primer ministro se permitió incluso decir que “el político piensa en la próxima votación, mientras que el estadista lo hace en la próxima generación”.

Un Gobierno con ‘deadline’

Al “estadista” Monti, sin embargo, le queda poco para ceder el paso a los políticos. Su Gobierno cesará en la primera mitad del año que viene con el final de la legislatura, y él ha dicho en repetidas ocasiones que no tiene previsto seguir en el poder por más tiempo. Su marcha es motivo de lamento en las capitales europeas, donde se le considera un héroe por haber enderezado el rumbo de Italia después de que Silvio Berlusconi dejase el país en noviembre al borde del precipicio.

El fin del tiempo de los tecnócratas y la vuelta de los políticos asusta tanto a los socios europeos como a los inversores. Especialmente porque entre los aspirantes al poder podría estar de nuevo Il Cavaliere. Aunque todavía no lo ha anunciado de forma oficial, se da por cierto que el hombre que ha regido los designios de la nación durante la mayor parte de los últimos veinte años liderará al centro derecha en las próximas elecciones.

El posible retorno de Berlusconi no es el único elemento político que provoca inestabilidad. El Partido Democrático, opción hoy favorita de los votantes según las encuestas, anda tan dividido como es habitual en la izquierda italiana. En el resto de formaciones el caos es similar. A menos de un año de que se celebren los comicios, no se sabe ni siquiera con qué ley electoral se irá a las urnas. 

El Gobierno italiano le tiene miedo a agosto. Los economistas lo consideran el mes más peligroso para los mercados, pues las vacaciones hacen que se reduzca el número de operaciones, lo que aumenta las posibilidades de sufrir ataques especulativos. El panorama previo es desolador: en julio la prima de riesgo ha escalado hasta niveles cercanos a los máximos de noviembre mientras la bolsa de Milán se despeña casi a la misma velocidad que la de Madrid.