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La dictadura de Mubarak todavía no está en los libros de Historia
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SÓLO LOS UNIVERSITARIOS SECUNDAN LAS PROTESTAS EN EL ANIVERSARIO DE LA CAÍDA DEL RÉGIMEN

La dictadura de Mubarak todavía no está en los libros de Historia

Ni siquiera el sol que inundaba ayer el centro

Foto: La dictadura de Mubarak todavía no está en los libros de Historia
La dictadura de Mubarak todavía no está en los libros de Historia

Ni siquiera el sol que inundaba ayer el centro de El Cairo iluminaba la plaza Tahrir. El corazón de la capital egipcia que vibró hasta la extenuación cuando hace un año Hosni Mubarak anunció su renuncia, desprendía ayer un aspecto lúgubre. Wafaa Wali, una profesora de ensayo de la Universidad Americana de El Cairo, aceptaba el té que le servían los pobladores de la plaza. Era una de las pocas manifestantes entre decenas de egipcios asentados desde hace días en tiendas de campaña y una congregación de vendedores ambulantes que intentaban sacar tajada en esta jornada de huelga general.

Decenas de formaciones políticas y movimientos sociales de tendencia progresista habían alumbrado el aniversario de la caída del régimen con la convocatoria de una huelga general, enmarcada en una campaña de desobediencia civil. Es la última iniciativa para reclamar a la Junta Militar, que dirige la transición, una serie de demandas que se vienen repitiendo durante las últimas semanas: la entrega inmediata del poder a una autoridad civil, la formación de un nuevo Gabinete y la purga de los elementos del antiguo régimen todavía presentes en las instituciones.

“Es cierto que no hay mucha gente protestando”, reconocía la profesora, “y aunque seamos pocos, estamos bien educados”, argumentaba. Uno de los comerciantes de la zona, Ali Yousseff, aguardaba inquieto a que terminara la conversación. “Estos manifestantes no están en contacto con la realidad, no tienen en cuenta que si no trabajamos no ganamos dinero”, exclamaba al fin. Su tienda de regalos se encontraba vacía, “como durante todo este tiempo”. “Yo tampoco estoy de acuerdo con los militares, sé que han hecho muchas cosas malas, pero tenemos que trabajar para salir adelante, porque Egipto se está viniendo abajo”, insistía. Los transportes, los comercios y los servicios funcionaban como cualquier otro día. Sólo los estudiantes respaldaron de forma significativa las protestas.

Manifestaciones en las facultades

Varios campus de todo el país han suspendido las clases para apoyar las reivindicaciones. En la Universidad de El Cairo, donde se registraron pequeñas concentraciones, los jóvenes se organizaban en corrillos. Frente a la Facultad de Ciencias Políticas, dos alumnos de posgrado, Mustafa Mohamed y Amr Sobhi, debatían sobre la idoneidad de esta iniciativa para desbancar a los militares.

“Ya llevamos muchos intentos y no hemos conseguido nada, creo que las élites se deberían poner al frente”, argumentaba Sobhi. “El poder de la revolución es que consiguió aglutinar a mucha gente y eso fue lo que la hizo triunfar”, rebatía Mohamed. Ambos coincidían en que las movilizaciones habían sido minoritarias. “Pero, ¿con quién vamos a contar, con los Hermanos Musulmanes, que han dado por buena la revolución una vez que han obtenido la mayoría en el Parlamento?”, se preguntaba este último.

Estos jóvenes y los seguidores de las formaciones islamistas recibieron juntos hace un año a los militares en la plaza Tahrir para celebrar la caída del dictador. Las miles de detenciones, la celebración de juicios militares y la represión posterior, que ha acabado con la vida de más de un centenar de personas, han degradado la imagen de los generales, a los que algunos identifican con el antiguo régimen.

“Los islamistas han jugado con la calle hasta que han llegado al Parlamento, ahora estamos nosotros solos”, añadía su compañero. Los líderes de la Hermandad han apoyado las movilizaciones sólo en contadas ocasiones. La última vez hace sólo 18 días, cuando convocaron a sus fieles a celebrar el aniversario de las revueltas. Entonces se retiraron cuando los mismos grupos que ahora animan al desacato seguían pidiendo la cabeza de los generales. Unos y otros han coincidido en que sean los militares quienes mantengan la responsabilidad hasta que se complete la transición política. 

Los líderes religiosos también han compartido argumento con la Junta Militar, al manifestar que estas últimas protestas “sólo conseguirán desestabilizar el país”. La confrontación entre los distintos movimientos impidió ayer a Egipto recibir su primer aniversario sin Mubarak con una nueva catarsis. Y mientras, el dictador espera sentencia bajo la amenaza de la horca solicitada por la fiscalía.