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La policía inglesa culpa a las redes sociales de "avivar" los disturbios
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LOS ALTERCADOS SE EXTIENDEN A OTROS BARRIOS

La policía inglesa culpa a las redes sociales de "avivar" los disturbios

La policía británica acaba de abrir una investigación para comprobar si los disturbios no solo del barrio de Tottenham si no del resto de barrios del sur

Foto: La policía inglesa culpa a las redes sociales de "avivar" los disturbios
La policía inglesa culpa a las redes sociales de "avivar" los disturbios

La policía británica acaba de abrir una investigación para comprobar si los disturbios no solo del barrio de Tottenham si no del resto de barrios del sur y este de Londres se trata de una operación ya pensada y orquestada desde hace ya tiempo.

Siguiendo por esta línea, la policía británica culpa a redes sociales como Twitter de propagar y "avivar" los incidentes violentos y los saqueos. En declaraciones a la emisora británica BBC Radio 4, el subinspector Steve Kavanagh reconoció que "había pocos agentes" la noche del sábado cuando se desataron los primeros altercados en Tottenham, donde grupos de personas quemaron edificios, vehículos -entre ellos coches policiales y un autobús- y saquearon comercios del barrio. Además, culpó a las redes sociales de la propagación de la violencia a otros barrios de la ciudad: "Los medios sociales y otros métodos han sido empleados para organizar estos niveles de avaricia y criminalidad".

Según la BBC, hay pruebas de que los disturbios de anoche, en el sur y este de Londres, respondían a un plan preconcebido porque no hay ninguna razón obvia para la propagación de los disturbios a Enfield o a otros barrios que están a kilómetros de distancia de Tottenham. Un vecino consultado por la cadena británica, Rahman, aseguró que había visto un mensaje en Facebook en el que se decía que "Enfield era el siguiente en la lista negra".

Los disturbios se extienden por varios barrios de Londres con al menos 100 detenidos

Varios jóvenes destrozaron un coche policial y rompieron los escaparates de dos tiendas de la calle comercial de Enfield, un barrio humilde y deprimido del norte de Londres, en otro incidente separado de los graves disturbios que asolaron la zona de Tottenham. Los disturbios también se han diseminado, aunque con menos intensidad, por el norte, el sur y el este de la ciudad teniendo que actuar la policía en Walthamstow y Waltham Forest, en el norte de la capital británica y en Brixton, al sur, todos barrios periféricos. Según ha informado Scotland Yard, hay más de 100 detenidos por los actos y tres policías resultaron heridos cuando fueron arrollados por un vehículo mientras intentaban realizar una detención.

El diputado conservador, Nick de Bois, afirma en su cuenta de Twitter que había "muchísima gente" en Enfield, aunque para referirse a la situación habló de "alboroto grave", y no de disturbios. Por otro lado, un empleado de la cadena británica BBC indicó que los jóvenes eran entre 100 y 120, todos ellos encapuchados, y que deambulaban por la estación de Enfield, aunque la situación parecía estar controlada.

Los vecinos de Tottenham reclaman al Ejército tras los disturbios

El humilde barrio de Tottenham, al norte de Londres, se pregunta por las causas de los graves disturbios vividos vividos en la madrugada del domingo, que algunos achacan a la crisis, la violencia de elementos radicales o a un viejo enfrentamiento con la policía.

El aspecto de este diverso y racial vecindario era desolador este domingo, con su calle principal acordonada y repleta de basura, restos de vehículos y viviendas quemadas y algunas de sus tiendas saqueadas. 26 agentes resultaron heridos y 42 personas fueron detenidas en los graves disturbios ocurridos, donde se quemaron edificios y vehículos, se saquearon tiendas y se lanzaron cócteles molotov.

Según aseguró un portavoz de Scotland Yard, una marcha pacífica para protestar por la muerte de un joven a disparos de la policía fue "secuestrada" por un pequeño grupo de "vándalos descerebrados", que dieron lugar a una escalada de violencia desproporcionada.

A primera hora de la tarde del domingo, los bomberos todavía luchaban contra las llamas de una de las casas incendiadas durante los disturbios y el barrio seguía tomado y acordonado por la policía. Lo que comenzó el sábado por la tarde como una reducida manifestación pacífica, en protesta por la muerte de un joven de 29 años de la zona por disparos de la policía, desembocó en unos violentos altercados y en una batalla campal.

Bajo el ensordecedor ruido de los helicópteros, los vecinos se agrupaban en corrillos, observando todo con curiosidad e incluso haciendo fotos, y discutiendo sobre lo sucedido. Aunque condenan la violencia contra sus comercios y sus casas, no se ponen de acuerdo sobre las causas de lo sucedido: unos culpan a la policía y otros insisten en que no hay justificación para lo que ha pasado.

"Esto es solo el principio, no va a parar aquí" comentó una vecina que asegura que la policía tiene miedo y que esta situación "solo se puede solucionar si sale el Ejército a la calle".

Los disturbios de esta madrugada no son una novedad en este vecindario del norte de Londres con alta tasa de paro pero no se habían repetido con esta magnitud desde 1985, cuando otra manifestación pacífica acabó con violentos enfrentamientos con la policía y la muerte de un agente.

En aquel momento la violencia se desató también por la muerte de una joven durante una redada policial y puso de manifiesto un secreto a voces: las tensiones entre la numerosa comunidad negra de la zona y las fuerzas de seguridad, algo que décadas después se consideraba ya un problema erradicado.

La diversidad racial de Tottenham es evidente. Residentes subsaharianos, afrocaribeños, polacos, judíos ortodoxos, turcos e ingleses blancos se mezclan por unas destartaladas calles repletas de pequeños comercios, restaurantes de diferentes nacionalidades, polígonos industriales y talleres de reparación de coches.

Mientras observaba con indignación los restos de las viviendas afectadas, una vecina que empujaba un carrito con un niño calificaba de "repugnante" lo sucedido. "Han quemado nuestras tiendas, nuestras casas, somos pobres, muchos se van a quedar en la calle", se lamentó a Efe, para agregar que los que provocaron la violencia eran vecinos de otros barrios limítrofes, algo que todavía no ha esclarecido la policía.

Los residentes de Tottenham, una de las zonas de Londres con mayor tasa de desempleo, aprovechan para quejarse del abandono que presentan algunos bloques de viviendas de protección oficial y la falta de actividades para los más jóvenes. "Quizá influya el ambiente de crisis económica" comentó uno de ellos, que reconoció estar "realmente impactado" con lo sucedido. James, de 29 años, tiene otra versión de los hechos. "Es inaceptable, pero la policía tuvo la culpa de que la violencia se incrementara".

Esa versión es compartida por Ralf, de origen caribeño y vecino del barrio desde hace 35 años y que asegura que el problema se arrastra desde los años 60. "Yo trabajaba como conductor de un taxi hasta hace muy poco, era raro el día que la policía no me paraba para registrarme sin ninguna razón, ahora siguen provocando a los jóvenes", denunció mientras se alejaba murmurando que "todo volverá a suceder otra vez".

La policía británica acaba de abrir una investigación para comprobar si los disturbios no solo del barrio de Tottenham si no del resto de barrios del sur y este de Londres se trata de una operación ya pensada y orquestada desde hace ya tiempo.