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Ahmadineyad afirma que se dará una lección ejemplar a los "agitadores" detenidos
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Ahmadineyad afirma que se dará una lección ejemplar a los "agitadores" detenidos

El régimen de Teherán prosigue con su política de terror al tiempo que intensifica la represión. Las autoridades anunciaron hoy una lección ejemplar para los "agitadores" detenidos en los

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Ahmadineyad afirma que se dará una lección ejemplar a los "agitadores" detenidos

El régimen de Teherán prosigue con su política de terror al tiempo que intensifica la represión. Las autoridades anunciaron hoy una lección ejemplar para los "agitadores" detenidos en los peores disturbios registrados en el país desde la Revolución Islámica de 1979, diez días de manifestaciones contra el presunto fraude electoral que permitió la reelección de Mahmud Ahmadineyad que han derivado en unos disturbios sin precedentes y a un brecha pública en el establishment islámico. Mientras, el Gobierno ha continuado lanzando acusaciones de que la violencia está siendo alentada por las potencias occidentales. 

Mientras, hoy surgieron nuevos signos de que el régimen no está dispuesto a alcanzar un acuerdo con los opositores. El máximo órgano legislativo de Irán, el poderoso Consejo de Guardianes, rechazó hoy cualquier anulación de los resultados de las elecciones del pasado 12 de junio, una exigencia de los candidatos derrotados. El canal oficial iraní Press TV citó a un portavoz del Consejo que afirmó que no existe evidencia de un fraude de proporciones considerables ni de irregularidades significativas el sufragio, y que por lo tanto no se convocará a nuevas elecciones.

La noticia se conoce un día después de que uno de los candidatos derrotados, el clérigo reformista Mehdi Karubi, repitiera su petición al Consejo para que anulase los comicios, que según los resultados oficiales había ganado el presidente Mahmud Ahmadineyad. "En lugar de perder tiempo con un recuento de algunas urnas (...) cancelen las elecciones", dijo Karoubi en una carta al Consejo.

Ahmadineyad suelta a sus 'perros de la guerra'

Los hijos de Irán avanzan hacia el martirio. A pesar de la brutal represión y de los continuos arrestos de opositores, miles de personas protestaron de nuevo ayer en Teherán contra el presunto fraude electoral. Horas después de que los Guardias de la Revolución, el cuerpo armado más fiel a la élite clerical en el poder, amenazasen con aplastar a la oposición si ésta retorna a las calles, alrededor de un millar de personas desafiaron al régimen congregándose en la céntrica plaza de Haft-e Tir. Su bravata fue breve. Policías antidisturbios apoyados por milicianos progubernamentales basiyis y miembros de Hezbolá disolvieron la protesta en un par de horas empleando una dureza inédita.

Esta vez, en lugar de exigir la repetición de los comicios, los manifestantes marcharon en honor a Neda Agha Soltan, la joven que el pasado sábado se desangró hasta morir ante su padre tras ser tiroteada por un basiyi durante una protesta, y que ha terminado por convertirse en un símbolo del movimiento opositor. Desoyeron las advertencia de los Guardias de la Revolución -un cuerpo militar de élite con 120.000 efectivos que vela por el cumplimiento de las leyes islámicas y controla a la milicia religiosa Basij-, que ayer aseguraron en un comunicado que responderán "a los revolucionarios con métodos revolucionarios". "En la actual delicada situación (...) los Guardias se encararán firmemente de un modo revolucionario con los alborotadores y aquellos que violen la ley", zanjaron.

Fuentes solventes consultadas por este diario aseguran que los Guardias emplazaron ya el domingo carros de combate en varias zonas de la capital iraní. Un claro mensaje a la población para que permanezca en sus casas: cada nuevo disturbio será reprimido sin contemplaciones. Pese a ello, y en nuevo gesto de desafío utilizado en la revolución de 1979, al caer la noche se volvieron a escuchar gritos de Allahu Akbar (Dios es grande) en las azoteas y tejados de la capital.   

Por otro lado, el comunicado de los Guardias de la Revolución aludió también a la "insolente interferencia" en los asuntos internos de Irán de países como Estados Unidos, Reino Unido e Israel, a los que la Guardia recomendó que se preocupen de la situación en sus respectivos países. En el mismo sentido, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Hassan Qashqavi, acusó a los países occidentales de fomentar "la anarquía y el vandalismo" al "apoyar a los alborotadores" en las protestas. "El fomento de la anarquía y el vandalismo por parte de los poderes y los medios occidentales no es en ningún modo aceptable", señaló durante una rueda de prensa, en la que no descartó expulsar a ciertos embajadores.

En este contexto, las autoridades británicas iniciaron ayer la evacuación de los familiares de los trabajadores de su embajada en Teherán, que permanecerán fuera del país "hasta la que la situación mejore", según explicó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El régimen de Teherán prosigue con su política de terror al tiempo que intensifica la represión. Las autoridades anunciaron hoy una lección ejemplar para los "agitadores" detenidos en los peores disturbios registrados en el país desde la Revolución Islámica de 1979, diez días de manifestaciones contra el presunto fraude electoral que permitió la reelección de Mahmud Ahmadineyad que han derivado en unos disturbios sin precedentes y a un brecha pública en el establishment islámico. Mientras, el Gobierno ha continuado lanzando acusaciones de que la violencia está siendo alentada por las potencias occidentales. 

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