El presidente de Estados Unidos ha indignado a los amantes del golf por de su manera de conducir el buggy por el campo, sin respetar las normas tácitas -y, a veces, escritas- de un deporte en el que el respeto es lo primordial.

Sin tener nungún cuidado ni aprecio por el cuidado del césped, Trump no dudó en entrar con su coche en el green de uno de los hoyos de un campo en el que se disputará el próximo US Open femenino.

Eso sí, no hay que olvidar que el campo se llama Trump National Golf Club, por lo que el hecho de que sea de su propiedad quizá le permite hacer con el lo que quiera, pese a que tener en orden ese hoyo cueste cerca de un millón de dólares.