Sucedió en Kiev, donde en plena zona residencial reventó una tubería subterránea, encargada de llevar las aguas fecales de los diferentes domicilios.

La explosión provocó la rotura de la carretera bajo la que se encontraba, dando lugar a un espectacular estruendo que hizo que los vecinos incluso se asomaran para ver qué había ocurrido.

El problema no fue la explosión en sí sino, sobre todo, que se trataba de una tubería encargada de las aguas fecales, con el consiguiente olor que dejó en el vecindario.