Aunque el termómetro bajó radicalmente en cuanto la primavera hizo su aparición el pasado 20 de marzo, los cerezos del valle del Jerte ya han 'explotado'. Sus flores tiñen de blanco un paisaje magnífico que atrae a Extremadura la visita de unas 80.000 personas cada año, ansiosos por contemplar un espectáculo natural comparable con el archiconocido que se puede ver en Japón.

Los expertos no pueden predecir con exactitud cuándo comenzará la floración –el ciclo del árbol se ve influido por distintos factores que no se pueden augurar–, pero sí se ha estudiado que suele coincidir con las fechas que rondan la mitad del mes de marzo. Los cerezos que antes pintan de blanco sus ramas son los que se encuentran en las terrazas más bajas. Los más perezosos en mostrar su belleza, por contra, son los ejemplares que echan raíces en las zonas más altas y frías.