A la hora de tirar los penaltis, los porteros ven la portería tremendamente grande. Los jugadores que lanzarán la pelota entre los palos, demasiado pequeña como acertar el tiro. Los nervios son tan grandes que resulta muy complicado saber hacia dónde dirigir la pierna para conseguir anotar un tanto. Tal es el nivel de nerviosismo que incluso es posible fallar dos penaltis seguidos.

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Esto es lo que le ocurrió al delantero uruguayo Abel Hernández, quien en la Premier League erró dos penaltis en menos de un minuto. Por culpa de sus errores, el Hull City donde juega fue eliminado por el Fulham.