La escena empieza siendo adorable. Un inmenso oso polar del zoo de St. Louis, en Misuri, juguetea con un bebé sentado junto al tanque en el que nada el animal. Pero un simple gesto hace que el idílico momento se convierta casi en trágico.

El instinto del animal sale a relucir en el preciso momento en el que el pequeño alarga su mano para tocar el cristal que les separa. Es ahí cuando el oso polar cambia de registro para mostrarnos su cara más feroz al lanzar un ataque contra el bebé que asustado comienza a llorar. 

El vídeo, que fue grabado el pasado 18 de julio, roza ya las 250.000 visualizaciones en Youtube y a buen seguro que todos los que lo ven se preguntan qué hubiera pasado de no existir un cristal entre medias del oso y el niños.