Desde la década de los 80, la globalización ha provocado un desmesurado crecimiento de las ciudades. En consecuencia, las periferias también crecieron.
Fue en ese preciso instante, en el que España, además, atravesaba los primeros años de una joven democracia y veía crecer una cultura creativa y fresca; cuando un chaval de barrio de Madrid llamado Juan Carlos Argüello (y posteriormente conocido como “Muelle”) se fijó en la cultura hip hop y el graffiti de Nueva York y lo adaptó a su ciudad y su entorno.

En este reportaje de Sinfiltros.com acompañamos durante la noche a dos jóvenes a pintar un graffiti a las vías del tren. Saben que se exponen a cuantiosas multas, pero nos cuentan que el “mono” de pintar y la adrenalina que esto les genera lo merece.