Se les reconoce fácilmente. Son animales de costumbres. Se caracterizan por levantarse sobre las seis de la mañana en vacaciones. Sombrilla o silla en mano acuden a las playas al alba. A partir de ahí empieza un ritual que consiste en plantar 'su bandera' lo más cerca posible del mar, marcando el territorio. Compiten, pero se respetan. Después, se van a desayunar asegurando un sitio perfecto para su prole. La batalla ha empezado. En la localidad de Almuñécar, en Granada, se precintarán y empezarán a requisar las sombrillas que se queden solas, y habrá que pagar 30 euros si se quieren recuperar.