Sinfiltros.com visita el Parque de la Esperanza, en Tijuana, donde cada fin de semana, decenas de familias se reúnen a ambos lados de la frontera para comer, festejar o simplemente para hablar. Para ellos representa una ocasión especial, un viaje que tal vez hagan sólo una vez en la vida.

Una barrera que comunica y divide familias. Es el muro que separa México de Estados Unidos.  Es el caso de Blanca, que lleva 15 años sin ver a su madre. “No puedo tocar a mi mamá, pero puedo tocarle el alma”, afirma.

Cada día, 180 mil personas cruzan la frontera buscando el sueño americano. Aunque no todos consiguen llegar a la meta: muchos son deportados y acaban viviendo en la calle.