Fue el último inquilino en aterrizar en Fuencarral 77 y es el último y único negocio que aún mantiene sus puertas abiertas en él. Eugenio Monge abrió la joyería que lleva su nombre hace ya tres décadas en un local que hasta ese momento "ocupaba una tienda de electrodomésticos", recuerda con nostalgia en una conversación con El Confidencial.
El edificio, que hoy en día ofrece un aspecto fantasmagórico y de total de abandono, pertenecía a la Tesorería General de la Seguridad Social hasta hace poco más de una semana. El Estado lo preadjudicaba en subasta pública el pasado 24 de septiembre al fondo de inversión norteamericano, GreenOak cuya oferta, la única en la subasta pública convocada, ascendió a 21 millones de euros, apenas 3.000 euros por el precio mínimo de licitación. (Lea el reportaje completo)
Fotos: E. Villarino