Récord de calor en 2016: diez preocupantes fotos del futuro que nos espera

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Glaciar Arapaho. (NASA)
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Glaciar Arapaho. (NASA)

Más de 105 años separan estas dos imágenes que reflejan el impacto de las temperaturas crecientes en Colorado. En este caso, el glaciar ha adelgazado hasta 40 metros.
Glaciar Qori Kalis. (NASA)
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Glaciar Qori Kalis. (NASA)

En 1978, este glaciar de Perú podía sacar pecho por ser el mayor en una zona tropical. Treinta y tres años más tarde, en 2011, ha retrocedido hasta descubrir un lago de 60 metros de profundidad.
Asentamientos en Hurghada, Egipto. (NASA)
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Asentamientos en Hurghada, Egipto. (NASA)

No todas las imágenes de la NASA se refieren al impacto de las temperaturas en el medio ambiente. La creciente población del planeta ha empujado a grandes grupos de población a asentarse en lugares inhóspitos. En la imagen, la población de Hurghada, que ha pasado de 12.000 a 250.000 habitantes en 29 años.
Glaciar Hellheim. (NASA)
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Glaciar Hellheim. (NASA)

Este glaciar en Groenlandia ha sufrido, en los cuatro años que van de una foto a otra, los efectos del aumento de temperaturas. La lengua se ha desplazado más de siete kilómetros entre 2001 y 2005.
Lago Powell, Arizona y Utah. (NASA)
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Lago Powell, Arizona y Utah. (NASA)

Han bastado 15 años para que este lago haya perdido el 42% de su capacidad. A la izquierda, se puede apreciar la situación en 1999, cuando los niveles estaban casi en el máximo.
Nieves perpetuas en Myrdalsjokull, Islandia. (NASA)
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Nieves perpetuas en Myrdalsjokull, Islandia. (NASA)

Ni siquiera Islandia, uno de los lugares más fríos del planeta, se salva de los cambios del clima. Las nieves perpetuas del volcán Myrdalsjokull son un ejemplo. Uno de los glaciares que lo conforman ha retrocedido 50 metros en los últimos 28 años.
Granja solar Topaz en California. (NASA)
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Granja solar Topaz en California. (NASA)

La energía solar se abre camino como una de las grandes alternativas energéticas del futuro a medio plazo. En California pueden dar fe de ello. Bastan cuatro años, los que van de una imagen a otra, para instalar placas solares capaces de abastecer a 160.000 hogares.
Glaciar Columbia, Alaska. (NASA)
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Glaciar Columbia, Alaska. (NASA)

Este glaciar en Alaska ha adelgazado tanto en las últimas tres décadas que, en función de las mareas, hay momentos en los que pierde el contacto con el océano.
Goose Lake. (NASA)
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Goose Lake. (NASA)

El lago Goose cambia de aspecto en función de las condiciones climáticas. A pesar de ocupar un área de 375 kilómetros cuadrados, es capaz de secarse en dos años, el tiempo que separa la imagen de la izquierda de la derecha.
Desecación del Mar de Aral. (NASA)
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Desecación del Mar de Aral. (NASA)

El cuarto mayor lago del planeta, el mar de Aral, es un ejemplo de catástrofe ecológica provocada por el ser humano. La URSS decidió desviar el caudal de los ríos que lo alimentaban en los años sesenta lo que ha acabado con gran parte de sus reservas de agua. La ausencia de agua ha provocado cambios en el clima, cuyos inviernos ahora son más cálidos y secos y los inviernos más fríos.

El 2016 va camino de convertirse en el año más cálido desde que se registran las temperaturas en el planeta. De hacerlo, sería el tercer año consecutivo que se bate esa marca pero la NASA ya ha advertido que, durante la primera mitad del año, las temperaturas han sido superiores a las registradas en 2015.

Gavin Schmidt, director del Centro Goddard de Estudios Espaciales de la NASA ha cifrado en un 99% las posibilidades de que este año bata récords una vez más.

Schmidt ha puesto el ejemplo de El Niño como uno de los factores que han provocado el ascenso de las temperaturas. La calidez de las aguas ecuatoriales ha provocado que el calor haya viajado del Pacífico hasta la atmósfera. 

Durante los seis primeros meses del año, las temperaturas han sido 1,3 grados centígrados superiores a las registradas en 1880, primer año en el que se registraron y cerca de 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.

Para documentar estos cambios, la NASA tiene en marcha estudios en diferentes localizaciones, como Alaska o Canadá, en las que vigila de cerca las modificaciones en el ecosistema ártico. Con este trabajo, la agencia pretende entender la respuesta de los bosques y el entorno a las crecientes temperaturas de la región.

En la galería sobre estas líneas se puede apreciar el impacto que ha tenido el cambio de temperatura sobre el terreno. Un cambio que se acenturará en los años venideros si se cumplen los peores escenarios.

 

 

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