Flora salvaje: veinte de las plantas más venenosas y extrañas del mundo

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Hyndora africana
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Hyndora africana

A simple vista, ni siquiera parece una planta: no tiene hojas, ni ramas ni es verde (no tiene clorofila). La planta crece bajo tierra, y solo sobresale una flor carnosa que emite un olor a heces que atrae al escarabajo del estiércol, su principal polonizador. Estos caen dentro de la flor que los atrapa temporalmente hasta que se abre del todo y los libera.
Welwitschia mirabilis
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Welwitschia mirabilis

Esta planta es endémica del desierto de Namib, en Angola y Namibia, y se encuentra perfectamente adaptada a temperaturas muy altas y ambientes muy secos. Se cree que absorbe agua a través de sus hojas, para aprovechar el rocío nocturno. Se considera una de las plantas más escasas del mundo, y la condecoración más alta que otorga la República de Namibia lleva su nombre: Orden de la Antiquísima Welwitschia Mirabilis.
Col de mofeta (Lysichiton americanus)
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Col de mofeta (Lysichiton americanus)

Se la llama también la col fétida porque desprende un penetrante olor a mofeta que la hace inconfundible y que le sirve para atraer a sus polinizadores.
Cicuta (Conium maculatum)
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Cicuta (Conium maculatum)

Parece una inocente flor silvestre, pero la cicuta sirve para fabricar uno de los venenos más peligrosos y conocidos de la historia. La clave está en la coniína, una neurotoxina que inhibe el funcionamiento del sistema nervioso. Además, también desprende un desagradable aroma al romperla o restregarla.
Aro gigante (Amorphophallus titanium)
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Aro gigante (Amorphophallus titanium)

Su nombre científico significa literalmente "falo amorfo titánico" y es conocida también como "flor cadáver". Originaria de las selvas de Sumatra, en Indonesia, esta flor es conocida por su enorme tamaño, su extraña forma y el pútrido olor que desprende, como a carne en descomposición.
Heracleum mantegazzianum
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Heracleum mantegazzianum

De nuevo una planta en apariencia inocente que es en realidad todo un peligro para el ser humano. Esta planta, que no se encuentra en España pero sí en otros países de Europa como Reino Unido o Francia, es fototóxica: produce úlceras y urticarias potencialmente graves cuando el sol cae sobre la piel después de haber estado en contacto con sus vellosidades: rojeces, picor, ampollas... Es aconsejable acudir directamente al médico y no tratar de curarlas en casa.
Trompetas de ángel (Brugmansia)
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Trompetas de ángel (Brugmansia)

No es una planta, sino todo un género de ellas, natural de Sudamérica y conocidas así por la curiosa forma de sus flores. Son venenosas por la acción de tres toxinas. Una de ella, la escopolamina, se extrae y procesa para generar con ella una droga que vuelve a quien la toma inconsciente de sus actos, aunque completamente despierto.
Marea roja
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Marea roja

No son plantas, aunque también realizan la fotosíntesis. Las mareas rojas están causadas por una proliferación masiva de microalgas. Ocurren a causa de una serie de mecanismos que se producen en el ambiente acuático y tienen como resultado una coloración roja del agua.
Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula)
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Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula)

Su nombre común no podría ser más acertado: esta planta se alimenta de moscas y otros insectos vivos, que atrae con sus colores rojizos y atrapa cerrando los dos lóbulos en que se divide la parte final de sus hojas. El sistema se activa cuando nota dos contactos en menos de 20 segundos, para asegurarse de que es un presa nutritiva.
Rafflesia arnoldii
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Rafflesia arnoldii

Típica de las selvas de Sumatra y Bor neo, esta planta desarrolla la segunda flor más grande del mundo, solo por detrás de la Amorpophallus titanium: puede medir hasta un metro de diámetro y pesar hasta 11 kilos. Igual que su competidora, desprende un olor a carne podrida que atrae la atención de los insectos carroñeros, que son los que la polinizan.
Planta del telégrafo o del semáforo (Desmodium gyrans)
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Planta del telégrafo o del semáforo (Desmodium gyrans)

Este tipo de arbusto, natural de Asia tropical, es conocido porque mueve lentamente, pero de forma perceptible a simple vista, sus hojas. Es una de las plantas capaces de movimientos rápidos, como la Mimosa pudica o la ya mencionada venus atrapamoscas. Charles Darwin ya la describía detalladamente en su obra 'La energía del movimiento en plantas', de 1880.
Mimosa vergonzosa o dormilona (Mimosa Pudica)
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Mimosa vergonzosa o dormilona (Mimosa Pudica)

Igual que la planta del telégrafo, esta planta es conocida por los movimientos que realiza como mecanismo de defensa ante los depredadores: ante cualquier tacto, sus hojas se contraen sobre el tallo como si se cerraran.
Euphoria obesa
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Euphoria obesa

Parece más una pelota que una planta. Es natural de Sudáfrica y se utiliza como elemento decorativo debido a su curiosa forma: es una esfera casi perfecta y sus flores brotan por la parte superior. La ley sudafricana tuvo que proteger las poblaciones en la naturaleza debido al tráfico que se creó para venderlas en el extranjero.
Baobab (Adansonia)
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Baobab (Adansonia)

Por su curiosa forma se los conoce también como árboles botella. Son típicos de África y Australia. En buenas condiciones se estima que pueden vivir hasta mil años, y adoptan esa peculiar forma a partir de los 200 años.
Gimpi gimpi (Dendrocnide moroides)
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Gimpi gimpi (Dendrocnide moroides)

Nativo de Australia, este arbusto es una de las plantas más tóxicas que se conocen. Sus pelos penetran en la piel y causan una sensación muy dolorosa que puede durar incluso meses. La responsable es una toxina llamada moraidina, cuyas propiedades alargan el efecto de las picaduras.
Árbol dragón (Dracaena cinnabari)
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Árbol dragón (Dracaena cinnabari)

Los árboles dragón no son una especie, sino un género de unas 60 especies distintas. Este en concreto recibe también el nombre de árbol de la sangre de dragón, porque de él se extrae una resina, llamada "resina de dragón", que se transforma en un jarabe rojo y se utiliza como colorante y en algunas medicinas tradicionales.
Selaginella lepidophylla
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Selaginella lepidophylla

Original del desierto de Chihuhua, esta planta tiene la curiosa manía de resucitar: tras un periodo de desecación, que puede durar semanas o meses, retoma su ciclo vital si se vuelve a hidratar.
Ojos de muñeca (Actaea pachypoda)
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Ojos de muñeca (Actaea pachypoda)

Nativa del este de Norteamérica, esta planta recibe su nombre común por el inquietante aspecto de las bayas que produce una vez al año: blancas con una mancha negra, parecen un ojo con su pupila. Además de su aspecto, se consideran venenosas para los humanos: contienen toxinas que tienen un efecto sedante sobre el tejido muscular y cardiaco.
Dama de noche (Selenicereus grandiflorous)
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Dama de noche (Selenicereus grandiflorous)

Con este nombre se conoce a un gran número de flores que se abren por la noche. Tienen una vida muy corta, algunas incluso florecen solo una noche al año. Suelen vivir en ambientes desérticos donde la temperatura diurna es tan alta que dificultaría su supervivencia.
Sarracenia
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Sarracenia

La familia de las sarracenias engloba a once especies de plantas, todas carnívoras. Las hojas forman un pozo en el que atrapan insectos, que llegan atraídos por la combinación embriagadora del néctar, los olores y los colores. Una vez cazados, la planta genera enzimas para digerirlos.

Que el reino animal está bien preparado para defenderse, procrear y sobrevivir todos lo sabemos. Pero a veces se nos olvida que la flora que nos rodea ha vivido también miles de millones de años de evolución y que ha generado sus propios mecanismos de defensa, a veces mucho más sutiles pero igual de efectivos.

Desde generar olores fétidos para atraer a los insectos que llevarán su polen a otros ejemplares y así asegurarán su fecundación hasta elegir perfectamente el momento de crecer o florecer según las condiciones del entorno. Las habilidades desarrolladas por árboles, arbustos y plantas son también dignas de admirar.

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