Las quince mentes científicas más brillantes de la historia de España

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Gregorio Marañón, el gran divulgador
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Gregorio Marañón, el gran divulgador

Mariano Barbacid, clave en la lucha contra el cáncer
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Mariano Barbacid, clave en la lucha contra el cáncer

Margarita Salas, la patente más rentable de España
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Margarita Salas, la patente más rentable de España

Juan Luis Arsuaga, el hombre de Atapuerca
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Juan Luis Arsuaga, el hombre de Atapuerca

Santiago Ramón y Cajal, ideólogo de la neurociencia
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Santiago Ramón y Cajal, ideólogo de la neurociencia

Juan Ignacio Cirac, prodigio de la física cuántica
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Juan Ignacio Cirac, prodigio de la física cuántica

Jordi Sabater Pi, el padre de Copito de Nieve
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Jordi Sabater Pi, el padre de Copito de Nieve

Gertrudis de la Fuente, la bioquímica anónima
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Gertrudis de la Fuente, la bioquímica anónima

Juan de la Cierva, precursor del helicóptero
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Juan de la Cierva, precursor del helicóptero

Isaac Peral, un inventor menospreciado
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Isaac Peral, un inventor menospreciado

Severo Ochoa, Nobel en el exilio
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Severo Ochoa, Nobel en el exilio

Leonardo Torres Quevedo, pionero de la informática
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Leonardo Torres Quevedo, pionero de la informática

Sara Borrell Ruiz, la gran olvidada
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Sara Borrell Ruiz, la gran olvidada

Miguel Servet, el genio hereje
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Miguel Servet, el genio hereje

Pedro Cavadas, cirujano universal
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Pedro Cavadas, cirujano universal

En un momento histórico en el que la ciencia española está en pie de guerra, reclamando en las calles acciones políticas concretas para preservar proyectos de investigación a largo plazo, con el objetivo de sembrar las bases de la recuperación del país, parece un buen momento para repasar los grandes nombres propios de nuestra historia científica, como ejemplos de inspiración. Salvo en períodos muy concretos, lo cierto es que en España la ciencia siempre ha sido un ‘patito feo’, al menos desde el punto de vista institucional. Esta circunstancia aún da más valor a la excelencia alcanzada por estos hombres y mujeres de ciencia. Como veremos, muchos también se vieron obligados a mostrar sus ideas lejos de aquí, siendo menospreciados en vida por sus compatriotas.
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