La lucha contra la contaminación es, sin duda, uno los grandes retos mundiales a los que deben de hacer frente todos los gobiernos. Los efectos del cambio climático son alarmantes: 2016 ha sido oficialmente el año más caluroso desde que se tiene constancia, ya que la temperatura global se situó 1,1 grados centígrados por encima de la que había en la era preindustrial. Esto ha provocado que en los últimos meses se agrande la barrera de hielo Larsen C, situada en la península Antártica. Si este enorme iceberg se rompe, el nivel del mar aumentaría casi dos centímetros. Sin embargo, no solo la contaminación es un factor a destacar, sino también los elevados niveles de toxicidad que presentan algunos países.
Según un estudio elaborado por Eco Experts en colaboración con la Agencia Internacional de la Energía y la Organización Mundial de la Salud, los países árabes, algunos de ellos los más ricos del mundo, como Qatar,Kuwait, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Barhéin, son los más tóxicos del mundo. Casualmente, estos son algunos de los mayores productores de gas y petróleo a nivel mundial y los que menos de energías renovables, como la solar, a pesar de tener un clima ideal: apenas lluvias y muchas horas de luz.
Para llegar a esta conclusión, se han tenido en cuenta cinco factores: el consumo de energía per cápita, las emisiones de dióxido de carbono, la producción de energías renovables, así como la contaminación del aire y las muertes relacionadas con ella. La investigación también muestra que los países de Oriente Medio tienen los índices más altos de muertes atribuibles a la contaminación del aire, como Turkmenistán, con 108 muertos por cada 100.000 habitantes cada año.
En el otro lado de la balanza, el estudio también destaca cuáles son los países menos tóxicos, 'ranking' que encabeza Kenia, seguido de Tanzania, Etiopía y Mozambique.