Suelen forman numerosas bandadas de más de un millar de individuos, y tienen tantos detractores como defensores. Son pájaros de color negro con pintas de color pardo oscuro. La superpoblación de estas aves ha llegado a convertirlas en una plaga difícil de combatir. Al atardecer, poco antes de finalizar la puesta de sol, suelen ocupar los cableados y antenas próximas a plazas y parques. Al verlos muchos recordarán algunas de las secuencias más terroríficas de la película "Los Pájaros" de Alfred Hitchcock, quién sabe si estas fueron las aves que inspiraron una de las obras maestras del genio inglés del cine.
Vuelan en grupos compactos formando nubes de color negro, también se les puede contemplar en los cableados mientras emiten fuertes sonidos. Lo que no se puede negar es que las formas que crean en el cielo son de una belleza inigualable.
Los responsables municipales de las ciudades afectadas por este problema afirman que no se puede hacer casi nada para solucionarlo. "No podemos estar tirando cohetes continuamente ni tampoco poner en marcha medidas más drásticas. La instalación de trampas o la introducción de depredadores, podría provocar problemas más graves". Los técnicos de estas ciudades esperan que pase el tiempo y, como en años anteriores, se marchen a otras zonas en busca de abrigo para pasar el invierno. Se ha llegado a pensar en la instalación de sistemas de ultrasonidos que los ahuyentes o que impidan que tomen una zona como su territorio, pero no existe seguridad de que este sistema no afectase a otras especies, que como los gorriones, están protegidas legalmente.
Pero no todo son problemas. Los estorninos encuentran su hábitat en la ciudad y producen beneficios que, en la mayoría de los casos, compensan las molestias. Estas aves se alimentan de pequeños insectos que ayudan a la desaparición de plagas.