Bugatti, una legendaria marca de coches de principios del siglo pasado, vivió sus momentos de esplendor en la primera mitad del siglo pasado, logrando victorias en todas las carreras importantes de la época. Pero también hacía coches de superlujo, como los espectaculares Royale de los que solo se hicieron seis unidades que fueron a parar a las casas reales.
Tras su cierre y posterior renacimiento con Romano Artiolli, fue el grupo Volkswagen el que salvó la marca y la posicionó como el primer fabricante mundial por su exclusividad, por su potencia y por el precio de sus vehículos. Primero fue el Veyron con sus 1.000 caballos y ahora llega el Chiron con 1.500 caballos. Cada unidad lleva seis meses de trabajo y otros tres meses previos de configuración y de logística previa... Un parto maravilloso.