La temporada de resultados ha terminado ya para los bancos españoles y el sabor de boca que han dejado ha sido agridulce. El mercado estaba mirando con lupa cada coma y, aunque el términos generales se ha producido un fuerte incremento de los beneficios, la clave está en la procedencia de los mismos.
Así, destaca la recuperación de la parte baja de la cuenta, por las menores dotaciones a provisiones y, en la parte alta, el crecimiento de los ingresos. Sin embargo, el crecimiento en este sentido continúa siendo dispar y la calidad de los ingresos todavía plantea dudas. De hecho, los márgenes de intereses mejoran más por una cuestión de caída del coste del pasivo, que por el aumento de la rentabilidad del crédito.