La Iglesia de la Encarnación, en Marbella, recibió a cientos de personas para despedirse de Pablo Ráez. El funeral del joven que logró multiplicar las donaciones de médula tras relatar a diario su lucha contra la leucemia en las redes sociales, congregó a familiares, amigos y vecinos que quisieron dar el último adiós al marbellí.
Al funeral acudieron los familiares, su prometida, sus amigos y también los alcaldes de Málaga, Ojén y Marbella. En la iglesia esperaba el párroco, José López Solórzano, amigo de Ráez. "Los que hemos conocido a Pablo lo hemos querido. Dios ahora lo tiene en brazos. Y estoy convencido de que todo lo que ha ayudado a los demás no se pierde”, señaló durante la misa.
El joven recibirá de manera póstuma la medalla de la ciudad, pero los vecinos piden también una calle con el nombre de Pablo Ráez. El alcalde de Marbella, José Bernal, puntualizó que "la ciudad se volcará en ese día tan señalado para recordar la figura de un luchador que ha sido un ejemplo de fortaleza y de superación y que es un orgullo para todos los vecinos de Marbella".
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que asistió al entierro, informó a El Confidencial de que el equipo municipal trabaja “para mantener el legado de Pablo en firme y seguir luchando por lo que él tanto trabajó”.