Con las empresas madrileñas sucede como con las crías de león: cuanto mayores, más posibilidades de sobrevivir en la sabana. El darwinismo corporativo señala que la esperanza de vida de un negocio recién creado es de cinco años; si ya ha cumplido la década, las estadísticas sostienen que se irá a los 21 años. Los que llegan a la mayoría de edad suelen vivir más de tres décadas y, los que alcanzan los 40 años, tienden a permanecer 70 abiertos.
Pero, como en toda norma, la vida de las empresas también tiene su nómina de excepciones. Se trata de unas pocas elegidas que han conseguido romper la barrera del tiempo hasta ganarse un estatus rayano a la inmortalidad, surcando siglos, tendencias y sociedades sin desfallecer, cuadrando balances desde Felipe V hasta Rajoy. (Lea el reportaje completo)