Dos años después de la aparición en una cuneta próxima a Santiago del cuerpo sin vida de Asunta Basterra, la gente sigue llevando velas y flores al lugar para recordar a la pequeña.
El cuerpo sin vida de Asunta, de origen chino, se localizó en la madrugada del día 22 de septiembre de 2013 en la cuneta de una pista forestal de Teo (A Coruña), a poca distancia de una casa propiedad de Rosario Porto, madre de la niña, donde presuntamente se habría cometido el crimen que será juzgado a partir de la próxima semana en la capital gallega.
Rosario Porto y Alfonso Basterra, padres adoptivos de la menor y que están en la cárcel desde pocos días después de la aparición del cadáver, se enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión. Están acusados de idear un plan asesinar a su hija suministrándole ansiolíticos para posteriormente asfixiarla con una almohada.
A diferencia del año anterior, primer aniversario de la muerte, en esta ocasión no se han publicado esquelas en la prensa local por parte de ninguno de los progenitores. El pasado año los diarios La Voz de Galicia y El Correo Gallego, donde trabajó el padre de la menor, publicaron una esquela encargada por la madre en la que le decía que la quería.
Este aniversario, en cambio, está marcado por el inminente comienzo del juicio, que rodeado de una alta exposición mediática, comenzará el martes 29 de septiembre y durará cuatro semanas.
El abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, afronta el inminente juicio por la muerte de la pequeña Asunta con "cierto temor" por la posibilidad de que el jurado que seguirá el caso se vea influenciado por una "exposición reiterada" del mismo en los medios de comunicación, según confirma a EFE.
El penalista ya avanzó que durante la vista defenderá la tesis que mantiene desde que representa a la madre de la víctima, que es la libre absolución al considerar que no tuvo nada que ver en el luctuoso suceso.
Según lo narrado por el letrado, la defendida llega al proceso en un momento muy delicado después de un intento de suicidio en su celda de la prisión de Teixeiro como "consecuencia de una situación de desesperación".
La defensa del padre ha declinado ofrecer declaraciones a lo largo de todo el proceso.