El expresidente del Gobierno Adolfo Suárez ha sido enterrado en el claustro de la catedral de Ávila junto a los restos mortales de su esposa, Amparo Illana, en una tumba en la que reposa ya bajo el epitafio "La concordia fue posible".
Después de la despedida con honores de Estado al cierre de la capilla ardiente del Congreso, el féretro de Suárez ha sido trasladado hasta Ávila, donde el obispo de esta diócesis, Jesús García Burillo, ha oficiado el funeral de corpore insepulto, al que han asistido los familiares del expresidente y numerosos representantes políticos.
Entre ellos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el exjefe del Ejecutivo José María Aznar; el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; y varios exministros, algunos de los cuales formaron parte de los gabinetes de Suárez.