Familiares y amigos se acercaron desde primera hora de la mañana a la capilla ardiente del banquero Emilio Botín, fallecido el martes, a los 79 años, en su domicilio de la localidad madrileña de Somosaguas.
Los restos mortales del que fuera presidente del Banco Santander llegaron el miércoles por la noche a la casa palacio del "Promontorio", en la capital cántabra, donde se instaló el velatorio privado, por el que pasaron a lo largo de la mañana principalmente allegados, pero también algún representante institucional.
A las ocho de la mañana ya había movimiento en la finca de la que fuera antigua casa familiar de los Botín en Santander, donde se veló el cuerpo del banquero hasta el traslado de sus restos a la finca de la familia en la localidad de Puente San Miguel (Cantabria), a primera hora de la tarde.
Allí, en el panteón familiar, donde reposan también los restos de su padre y su abuelo, recibió sepultura en la estricta intimidad el que fuera protagonista de la expansión internacional del banco cántabro y uno de los principales mecenas para la comunidad autónoma que le vio nacer.
El funeral por su eterno descanso se oficiará el próximo sábado, día 13, a las cuatro y media de la tarde en la catedral santanderina. Y, más adelante, en fecha aún por concretar, se celebrará otro en Madrid, tal como han indicado fuentes de la entidad financiera.