Es una de las tradiciones más arraigadas del fútbol inglés. El día después de Navidad es una tarde de familia, espectáculos y mucho fútbol. Una jornada entera se juega en la Premier, la competición liguera más prestigiosa del mundo.
Las gradas se visten de sus ídolos y la asistencia a los estadios llega a sus cotas máximas de la temporada. A los jugadores no les encanta, más por la acumulación de partidos que por jugar en Navidad, pero saben que resistirse no tiene sentido. La tradición, en Inglaterra, es mucha tradición.