A partir de hoy, Anfield estará algo más vacío. Su gran héroe del fútbol moderno, Steve Gerrard, jugó su último partido en la que ha sido su casa durante los últimos 17 años. Se marchó con una derrota, pero ésta no evitó la emoción que se vivió en el estadio del Liverpool. Se marcha a Los Ángeles a buscar una nueva motivación. Atrás deja su corazón.