La escocesa Blythe Church vive obsesionada por agujas, obillos y máquinas de coser hasta un punto enfermizo. Tanto es así que lo que empezó como un hobby la convitió en una experta tejedora de jerseys, pasando más tarde a tejer muñecos para niños y hasta llegó a ganarse la vida a base de puntadas. Finalmente ha decidido recrear aparatos de estilo retro con fieltro, para mostrar al público como se ve el mundo con sus ojos que todo lo ven tejido.