Crónica de una adicción fotografiada

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Como descender a los infiernos, fotografiar el viaje y vivir para contarlo. Bienvenidos al extraño mundo del fotógrafo escocés Graham MacIndoe.

Que un pintor o un fotógrafo decida convertirse en su propio modelo no es extraño, ahí están los miles de autorretratos realizados durante la historia del arte. Lo que ya es más raro es que el artista se inmortalice mientras cae en los abismos de la heroína, como hizo MacIndoe, que era un exitoso fotógrafo de prensa hasta que se enganchó.

En efecto, el fotógrafo documentó su adicción a la heroína con todo tipo de detalles: de la preparación de la dosis al chute, pasando por los inevitables desvanecimientos en cualquier lugar (camas, suelos, escaleras, calle).

MacIndoe, que logró desintoxicarse en 2010, ha presentado ahora una muestra de su peculiar trabajo fotográfico.     

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