Miguel Vallinas (Valladolid, 1971) sufrió los efectos de la crisis hace cinco años. La empresa de muebles para la que realizaba fotografías para los catálogos fue a la quiebra y se encontró en el paro. Ese tiempo de parón fue visto como una oportunidad y retomó su verdadera pasión: la fotografía artística. Durante ese año produjo nuevo material y comenzó a mover su trabajo por concursos. Ganó 14.
Con la vuelta a la actividad profesional Vallinas bajó su ritmo de creación, aunque no cesó de fotografiar y promover su obra. Internet y las plataformas online fueron su principal arma para darse a conocer. Así se puso en contacto con él Colossal, una publicación británica online interesada en su trabajo Segundas pieles. Lo que ocurrió después es definido por el propio autor a El Confidencial como "una bola de nieve". Medios como The independent, o Washington Express se rindieron ante su obra y dedicaron artículos a su trabajo.
Una serie de fotos en las que Miguel Vallinas pretende "sacar el animal que todos tenemos dentro" y en la que muestra animales vestidos y posando como si fueran seres humanos. Unos retratos que juegan a la personificación creando un efecto sorprendente.
Gracias a internet su trabajo ha sido reconocido, y del paro ha pasado a exponer en Corea o Cambridge, y próximamente lo hará en Londres, Nueva York o Miami. Una nueva vida profesional que este fotógrafo industrial nunca pensó que pudiera lograr.