Plátanos con pepitas y berenjenas verdes: así eran los 'abuelos' de los alimentos que comemos hoy

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Sandía
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Sandía

A la izquierda, las sandías que se podía comer en el siglo XVII retratadas por el artista Giovanni Stanchi. A la derecha, la versión que todos conocemos de esta fruta. (Foto: CC/Giovanni Stanchi | CC/Flickr/Harsha K R)
Sandía
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Sandía

Aunque a día de hoy la sandía es un producto que puede pesar varios kilos, en el año 3.000 antes de Cristo este alimento no pasaba de unos pocos gramos y no medía más de cinco centímetros.(Foto: James Kennedy)
Plátano
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Plátano

Los primeros plátanos se cultivaron en lo que ahora es el territorio de Papúa Nueva Guinea, hace más de 7.000 años. El antepasado de los alimentos que conocemos a día de hoy (musa acuminate) se mezcló con uno similar conocido como 'musa balbisiana'. De ahí surgió el actual producto amarillo que consumimos en la actualidad.(Foto: CC/Warut Roonguthai | CC)
Maíz
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Maíz

El maíz ha estado tan presente en el desarrollo del hombre que siempre se ha querido explotar al máximo. En origen, las mazorcas eran tan pequeñas como una simple moneda. (Foto: Creofire)
Maíz
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Maíz

En el año 7.000 antes de Cristo, las mazorcas sólo contenían entre 5 y 10 granos. Únicamente crecían en América Central.(Foto: James Kennedy)
Berenjena
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Berenjena

Los antepasados de las berenjenas eran verdes, amarillos o incluso blancos. Además, estos productos desarrollaban espinas en los tallos que los unían con la flor. A día de hoy, todavía es posible pincharse cuando no se tiene cuidado al limpiar estos alimentos.(Foto: CC/eiferpiku | CC/Lufa Farms)
Zanahoria
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Zanahoria

Las primeras zanahorias se encontraron en el siglo X en Persia y Asia Menor, eran moradas y parecían incomestibles. El actual y característico color naranja que tienen hoy en día apareció a principios de 1900(Foto: CC/Ecolibrary/Dan L. Perlman | CC)
Melocotón
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Melocotón

Los melocotones que nos comemos hoy no tienen nada que ver con sus antepasados: medían 2,5 centímetros y su hueso interior suponía el 36% del fruto. En la actualidad, sólo desperdiciamos el 10% en forma de hueso y pueden llegar a medir 10 centímetros.(Foto: James Kennedy)

Los plátanos, amarillos. Las zanahorias, naranjas. Las berenjenas, moradas. Si alguien nos preguntara de qué color son estos alimentos, nadie dudaría en responder con los adjetivos que se han escrito en la frase anterior. Estas afirmaciones parecen irrefutables, indiscutibles y consolidadas a lo largo de la historia, pero... ¿se creería si le dijésemos que no siempre han sido así? 

Así lo afirma Bruce Chasey, directivo del Centro de Biotecnología de la Universidad de Illinois, al explicar que el ser humano ha modificado tanto los alimentos durante su vida en la Tierra que algunos de ellos son prácticamente irreconocibles de su forma original. No hay que perder de vista que el hombre trabaja en la agricultura desde hace 12.000 años, tiempo más que suficiente para que los productos se vean alterados tanto morfológica como cromáticamente.

Aunque los intentos por mejorar los alimentos llevan produciéndose desde hace siglos, el apogeo de estos 'experimentos' llegó hace tan sólo unas décadas. En los 80, además de innovar con tachuelas y hombreras también se dio el paso a la ingeniería alimentaria: el descubrimiento de que era posible transmitir ADN de un producto a otro abrió un nuevo mundo de posibilidades que no se consolidó hasta 1994.

En este año fue cuando se confirmó el primer caso de alimento modificado genéticamente, un tomate al que llamaron Flavr Savr Tomato del que informó 'The New York Times'. “Este tomate causó una gran conmoción en la prensa”, pudo leerse en el citado medio de comunicación en relación al proyecto de la compañía californiana Calgene, que añadía: “Tarda más en madurar y algunos afirman que es más sabroso”.

En la galería que acompaña a este texto se puede comprobar de manera visual cómo han cambiado algunos alimentos con el paso de los años. ¿Se animaría a hincarle el diente a un plátano que tuviera pepitas dentro?

Alma, Corazón, Vida