9 comidas muy habituales que cocinas mal sin saberlo

  • Pantalla completa
Tomate
1 de 10
Comparte la fotografía

Tomate

En breve comenzarán a llegar a las fruterías tomates decentes, y de nuevo se convertirán en los reyes de nuestras ensaladas. Pero lo que nunca nos planteamos es que sus propiedades se incrementan si los cocinamos. El tomate freso también tiene licopeno, el fitonutriente responsable de sus propiedades anticancerígenas y de protección cardiovascular, y este compuesto se absorbe mejor si se cocina. El tomate al horno es una gran opción. (Foto: iStock)
Brócoli
2 de 10
Comparte la fotografía

Brócoli

Puede ser aburrido, pero si quieres disfrutar de las múltiples propiedades del brócoli (y, en realidad, de cualquier verdura) debes comerlo crudo o al vapor. Un estudio chino de 2009 mostró que para disfrutar de la vitamina C, la clorofila, los antioxidantes y los componentes anticancerígenos del brócoli lo ideal es hacerlo al vapor. Al cocerlo o freirlo se pierden gran parte de sus propiedades. Hornearlo es una opción intermedia. (Foto: iStock)
Linaza
3 de 10
Comparte la fotografía

Linaza

Las semillas de lino son un alimento con todo tipo de propiedades saludables: son ricas en fibra, ácidos grasos omega-3 y lignanos, fitoquímicos que parecen tener propiedades anticancerígenas. El problema es que son tan fibrosas que, al consumirlas tal cual, pasan por nuestro aparato digestivo sin ser digeridas. Para aprovechar al máximo sus propiedades tenemos que molerlas u hornearlas. Es entonces cuando podemos echarlas a nuestro yogur o café y disfrutar al máximo de sus beneficios. (Foto: Wikicommons)
Ajo
4 de 10
Comparte la fotografía

Ajo

Al contrario que la vitamina C, la alicina, la encima con propiedades anticancerígenas que se encuentra en el ajo, se beneficia de la exposición al aire. Para aprovechar todas sus propiedades, podemos cortar nuestros ajos 10 minutos antes de verterlos en nuestro guiso, así sus componentes se activarán por completo. (Foto: Jonathunder)
Legumbres y cereales integrales
5 de 10
Comparte la fotografía

Legumbres y cereales integrales

Tanto las legumbres como los cereales de grano entero contienen fitatos, unos compuestos antioxidantes que, pese a sus beneficios, pueden representar un problema, pues se unen a las vitaminas y los minerales de las comidas, dificultando su absorción en el tracto digestivo. Para evitar esto, es recomendable sumergir en agua los alimentos unas horas antes de ser consumidos. Esto además hace que digiramos mejor estas comidas. (Foto: iStock)
Fresas
6 de 10
Comparte la fotografía

Fresas

La fresa es una fruta repleta de fibra, vitamina C y antioxidantes, que no puede faltar ningún verano. El problema es que solemos prepararla demasiado. Sí, echar azúcar y vinagre un rato antes de tomarlas es uno de los mayores placeres del mundo, pero estaremos eliminando muchas de sus propiedades. De hecho, en cuanto cortamos las fresas y dejamos que se oxiden, se pierden parte de sus nutrientes. (Foto: Corbis)
Yogur
7 de 10
Comparte la fotografía

Yogur

El suero que está encima de tu yogur, y que sueles eliminar, es una de las partes más saludables de éste: contiene proteínas, vitamina B12 y minerales como el calcio y el fósforo. No hace falta que te lo bebas, simplemente mézclalo con el resto para aprovechar sus propiedades. Hay que recordar, además, que las bacterias que contiene el yogur, y que lo hacen tan beneficioso, mueren cuando se cocina. Si quieres echar yogur a tus platos, genial, pero no pienses que va a tener las mismas propiedades. (Foto: Corbis)
Carne a la brasa
8 de 10
Comparte la fotografía

Carne a la brasa

Las barbacoas son uno de los mayores placeres del verano, pero tenemos que tener cuidado con la temperatura a la que cocinamos la carne. La típica capa negra que aparece en la carne si la hacemos demasiado tiene compuestos químicos cancerígenos –aminas heterocíclicas (conocidas como HCA en inglés) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH)– que debemos evitar a toda costa. (Foto: iStock)
Té negro
9 de 10
Comparte la fotografía

Té negro

Aunque el té negro no tiene la misma buena prensa que el verde o el rojo, tiene también grandes propiedades. El problema es que solemos tomarlo con leche suprimiendo parte de sus propiedades. Las proteínas de la leche se unen con las catequinas del té, lo que hace más difícil para nuestro cuerpo absorber sus compuestos vegetales. La buena noticia es que la leche no afecta a los antioxidantes. (Foto: iStock)

Hoy todo el mundo sabe que hay alimentos que son mejores y peores para nuestra salud, pero muchos no nos planteamos que sus propiedades cambian enormemente en función de la forma en que los cocinamos. Las fresas pueden ser saludables, pero si les echamos una tonelada de azúcar, zumo de naranja y nata, dejan de serlo.

Sara Bruning ha seleccionado en Health una serie de alimentos saludables cuyas propiedades pueden verse mermadas por el modo en que los cocinamos (o dejamos de cocinarlos). 

Alma, Corazón, Vida