10 extraños superalimentos de los que probablemente no has oído hablar

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Pluot
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Pluot

II Se trata de un híbrido entre ciruela y albaricoque que, pese a llevar un nombre inglés (‘plum’ + ‘apricot’), es de procedencia española (lo empezó a producir la empresa hispalense Royal). Se trata de una fruta rica en fibra, con mucha vitamina A y C y más dulce que sus frutas madre. (Foto: Neil Conway)
Wakame
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Wakame

II Se trata de un alga comestible muy utilizada en Japón, pues es uno de los ingredientes principales de la sopa de miso. Al igual que otras algas, el wakame es denso en micronutrientes y minerales y bajo en calorías. Es además una estupenda fuente de antioxidantes. Se encuentra en herbolarios y tiendas especializadas y se puede utilizar en sopas y ensaladas. (Foto: Weddingraphy Studio)
Té rojo
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Té rojo

II También conocido como té pu-erh, esta variedad (mucho menos utilizada que el té negro o el té verde) está cada vez más de moda. A diferencia del restro de tés, esta variedad se consume tras un proceso de fermentación, lo que elimina casi por completo la teína del mismo, convirtiéndolo en el perfecto “té descafeinado”. Por lo demás, tiene las mismas propiedades beneficiosas que su primo el té verde. (Foto: Ignat Gorazd)
Pampelmusa
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Pampelmusa

II La fruta conocida en inglés como “pomelo” no es el pomelo que nosotros solemos consumir, que es un híbrido entre éste y la naranja. El “pomelo” original o pampelmusa (‘Citrus máxima’) tiene un sabor cítrico, pero más parecido al del melón. Su sabor es menos amargo y es 100% disfrutable en su forma natural. Es bajo en calorías, tiene elevados niveles de fibra y es una gran fuente de potasio. (Foto: Anders Alexander)
Raíz del apio
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Raíz del apio

II En España es muy habitual usar apio en guisos y ensaladas, pero su raíz es mucho menos conocida. La ensalada de raíz de apio (muy popular, por ejemplo, en Francia) es una delicia exquisita. Se trata de un bulbo repleto de vitamina B6, C y K, así como potasio y magnesio. No es difícil encontrarla en las fruterías españolas. (Foto: Cliff)
Teff
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Teff

II Se trata de un cereal de grano minúsculo originario del norte de África. Tiene mucha fibra y hierro, además de proteínas y calcio. Se puede usar para hacer gachas o polenta, en preparaciones dulces y saladas. A diferencia de otros cereales, lo pueden consumir las personas celiacas, pues no tiene gluten. (Foto: iStock)
Verdolaga
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Verdolaga

II Aunque durante mucho tiempo se ha considerado maleza, la verdolaga puede comerse como verdura, fresca (en ensalada) o cocinada (como la espinaca). Contiene más ácidos grasos omega-3 que cualquier otra verdura y es una gran fuente de vitaminas y minerales. (Foto: Alpha)
Limequat
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Limequat

II Se trata de un cítrico que es el resultado del cruzamiento entre la lima y el kumquat, aunque exteriormente se parece más a este último. Es originaria de China, pero también se planta en nuestro país, por lo que es sencillo localizarlo. Como el resto de frutas de su familia, es rica en vitamina C y fibra. Su toque dulce, ácido y amargo al mismo tiempo es perfecto para la elaboración de platos salados o postres más endulzados. (Foto: iStock)
Fenogreco
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Fenogreco

II Esta planta, cuyo uso culinario y medicinal se remonta a los albores de la humanidad, produce unas semillas muy apreciadas como especia en Oriente, que pueden añadirse a las ensaladas o, en polvo, para darle un toque especial a los marinados. Son ricas en minerales como el hierro, el potasio y el calcio, así como en fibra. (Foto: iStock)
Cucurbita máxima
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Cucurbita máxima

II Esta planta produce las semillas que en España conocemos como “pipas de calabaza”, que no son en realidad de calabaza. Aunque su fruto se parece a ésta, en España apenas se consume. Craso error. Su carne de color amarillo anaranjado es suculenta y rica en vitaminas A y C, antioxidantes y fibra. (Foto: iStock)

Aunque el término “superalimento” no acaba de convencer a la mayoría de nutricionistas, que insisten en que no existen alimentos mágicos, su uso se está imponiendo, y tampoco hay que lamentarse por ello. Al fin y al cabo, se usa para definir a aquellas comidas –en su mayoría vegetales–, que aportan importantes nutrientes sin una excesiva contrapartida calórica. Y siempre es recomendable priorizar la ingesta de éstos por encima de otros alimentos, como los carbohidratos refinados o las grasas menos saludables.

Son conocidos superalimentos el aguacate, los frutos secos, o los cereales de grano entero, pero si rebuscamos un poco en nuestras fruterías y herbolarios podemos adquirir algunos alimentos que, al margen de sus excelentes propiedades, aportarán frescura a nuestra cocina.

La nutricionista Tina Ruggiero, autora de 'The Truly Healthy Family Cookbook' (Page Street Publishing), ha seleccionado para 'Time', 10 fantásticos superalimentos muy poco conocidos. Algunos, por el momento, son bastante difíciles de encontrar, pero en temporada es posible localizarlos y su uso se está extendiendo cada vez más. 

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