Francia equipara la fiscalidad de diésel y gasolina para las empresas

La ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, anunció la semana pasada que desde el próximo 1 de enero las empresas podrán hacer la misma desgravación en los gastos de carburante en los vehículos diésel que en los de gasolina. Este es un primer paso para igualar el tratamiento fiscal de ambos carburantes, como preconiza un informe parlamentario.

Por ello, y en base a este importante cambio legislativo, se va a dar a las empresas las mismas ventajas fiscales si compran vehículos de gasolina que si lo hacen con motores diésel, que hasta ahora tenían importantes ventajas fiscales, dentro del movimiento general para equiparar el tratamiento de ambos combustibles a efectos fiscales. El objetivo es reducir el número de vehículos diésel, responsables de buena parte de la contaminación en las ciudades

"Vamos a dar a la gasolina la misma ventaja que tiene el diésel", indicó en una entrevista al canal de televisión "France 2" Royal, que precisó que había optado por generalizar para las empresas la exención del 80 % del IVA que ya tienen hasta ahora cuando adquieren un vehículo diésel.

El hecho de que los motores diésel durante años hayan estado primados no solo por el Gobierno francés sino por todos los ejecutivos europeos incluido el español, ha hecho que las ventas de este tipo de vehículos se haya disparado durante años. En el caso de Francia en 2012 se alcanzó el pico de un 73 % de todos los coches matriculados equipados con motor de gasóleo. Sin embargo, en lo que llevamos de año el porcentaje de vehículos diésel se ha reducido drásticamente hasta situarse en el 53%.

Por lo que respecta al mercado español, en el año 2012 las ventas de vehículos diésel supusieron un 68,9% del total y cuatro años después el porcentaje se ha reducido hasta el 57% en el acumulado entre enero y septiembre.

Esta postura de tratar de reducir de forma continuada las ventas de vehículos diésel crea un problema para Francia, cuyos fabricantes tienen una oferta de vehículos muy centrada en las motorizaciones de gasóleo. Por ello, el sindicato Fuerza Obrera del fabricante francés PSA que engloba a las marcas Peugeot, Citroën y DS lanzó una advertencia en el sentido de que si se pone en peligro la tecnología diésel, se pondrían en peligro 18.000 empleos europeos sólo en esta empresa. Y lo más importante es que muchos de esos puestos son españoles, de las plantas de Vigo y de Villaverde, en Madrid.