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Gas natural, el combustible alternativo
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ESPAÑA ENTRE LOS EUROPEOS QUE MENOS LO USAN

Gas natural, el combustible alternativo

Con la presencia del ministro de Industria José Manuel Soria, se celebró el congreso de GASNAM, la asociación del gas natural para la movilidad. Ante más

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Con la presencia del ministro de Industria José Manuel Soria, se celebró el congreso de GASNAM, la asociación del gas natural para la movilidad. Ante más de 300 profesionales, Soria destacó la oportunidad que ofrece el gas natural vehicular para la economía española. Un combustible que permite un ahorro del 50% en el coste de utilización y que reduce las emisiones de CO2 en más de un 20% y las de los peligrosos óxidos nitrosos y compuestos de azufre las reduce drásticamente.

El gas natural es una de las mejores alternativas al uso de los combustibles derivados del petróleo, el gasóleo y la gasolina. Es un rival igualmente para el gas licuado de petróleo y también para los vehículos eléctricos e híbridos.

Cuando se habla de gas para su uso en el automóvil es fácil la confusión entre los diferentes tipos de gases que se emplean. Básicamente son dos los más utilizados, el GLP, o gas licuado de petróleo y el gas natural, ya sea en forma comprimida, GNC, o como un líquido, el GNL. El GLP se obtiene del propio refinado del petróleo y es un gas que está formado principalmente por propano y butano. Permite una reducción del consumo y las emisiones frente a la gasolina y el gasóleo. Pero al ser compuestos formados por tres y cuatro átomos de carbono respectivamente, las emisiones de CO2 son menores que las de la gasolina, pero bastante altas. Y tiene el problema fundamental que no evita la dependencia del petróleo.

La otra alternativa para reducir el consumo de gasolinas o gasóleos es el gas natural, que básicamente es metano, es decir el compuesto más sencillo de la química orgánica, que solo tiene un átomo de carbono y cuatro de hidrógeno.

La utilización de gas natural permite reducir las emisiones del peligroso monóxido de carbono, CO, en torno a un 25% con respecto al equivalente de gasolina o gasóleo. Pero lo más importante es que elimina totalmente las emisiones de SO2 y otros compuestos de azufre altamente nocivos. Y también reduce en más de un 80% las emisiones de NOx, igualmente muy peligrosas.

El gas natural se utiliza mucho en otros países europeos, pero en España su utilización es mínima. En todo el mundo se calcula que hay más de 20 millones de vehículos movidos por gas natural, siendo Irán el líder de esta tecnología con 3,5 millones de vehículos en circulación, seguido por China con 3 millones y Pakistán con 2,7 millones. Igualmente, hay más de 22.000 estaciones para repostar gas natural en todo el mundo.

En Europa, el país en el que tiene más éxito este combustible es Italia con más de 825.000 vehículos mientras que en Ucrania son casi 400.000 vehículos y 100.000 en Alemania. España está muy lejos de estas cifras. De los 20 millones de vehículos movidos por gas natural en todo el mundo, en nuestro país solo hay 3.990 unidades.

¿Es posible comprar un coche de gas natural en España? Hasta hace muy poco tiempo no había ningún vehículo a la venta con esta tecnología, pero recientemente el grupo Volkswagen ha hecho una apuesta por este carburante a nivel mundial y va a ofrecer sus vehículos con un sistema dual gasolina y gas. Y en España ya están a la venta dos modelos de la marca Seat con esta tecnología, el Mii y el León. En ambos casos se trata de una tecnología que permite utilizar gas natural en su forma comprimida, pero cuando se acaba el gas también disponen de un depósito de gasolina con el que poder seguir funcionando con el coche.

Pero la práctica habitual para tener un vehículo de gas natural es llevar el coche, de gasolina, a un taller de transformación en el que se instala todo lo necesario para que funcione con gas, incluyendo los depósitos. Pero en este caso cuando se acaba el gas siempre se puede seguir usando con gasolina. Esta transformación supone un coste aproximado de unos 2.000 euros.

Para hacerse una idea del ahorro que puede permitir el uso de esta tecnología pongamos el ejemplo de un taxista en Madrid. Si se utiliza un Toyota Prius, uno de los coches más vendidos para el taxi en estos momentos por su funcionamiento híbrido, y se hacen 100.000 kilómetros al año, el coste del carburante solo con gasolina es de unos 8.000 euros. Ese mismo vehículo con el kit de transformación para usar gas natural permite un coste de utilización de 4.000 euros, es decir, un 50% de ahorro. Esa es la razón por la que cada día hay más taxis Prius movidos por gas natural en España.

El uso del gas natural en el transporte es clave para el futuro. La Unión Europea aprobó el pasado 25 de septiembre una directiva de infraestructuras de combustibles alternativos que obliga a todos los países miembros a cumplir unos requerimientos mínimos. En un principio sugiere que en todos los países de la UE se instalen estaciones de GNC cada 150 kilómetros y de GNL cada 400 kilómetros en las principales rutas de transporte.

El GNC es el gas natural comprimido y es el que se utiliza habitualmente en las ciudades. Aunque es una tecnología poco utilizada en España, ya está más o menos bien desarrollada en Europa. La apuesta de futuro ahora es la del GNL y su utilización en el transporte pesado, en los camiones y en los barcos.

Para montar una estación de servicio con un surtidor de GNC es necesario tener cerca una tubería de distribución de gas natural. Tan solo requiere montar un compresor para poder inyectar a alta presión el carburante en el depósito del coche. Es más sencillo de montar en una ciudad y no requiere ningún transporte adicional. Pero al mismo tiempo no se puede transportar, por lo que no se puede instalar en una carretera cualquiera si no hay esa conducción de gas próxima. Requiere una presión de 200 bares para poder ser inyectado el gas en el depósito del vehículo.

El GNL es el mismo gas natural, pero en lugar de estar comprimido se encuentra a -162 grados centígrados pero a presión ambiente, y por ello está en estado líquido. En este caso sí se puede transportar por carretera en camiones especialmente acondicionados y es el ideal para desplegar por las carreteras. Supone una muy buena alternativa para el transporte por carretera, porque reduce igualmente la contaminación y el ahorro que permite es próximo al 50% con respecto al gasóleo normal.

En el caso de los camiones ocurre algo parecido a lo que ocurre con los vehículos de gasolina con el GNC. Se emplea un ciclo diesel con tecnología dual y se utiliza gas hasta un 95% pero se inyecta también gasoil para hacer el efecto de una bujía. El ahorro en el coste de utilización que permite esta tecnología está próximo al 50%. Y las ventajas en materia medioambiental son realmente espectaculares porque evita el 100% de los azufres y los óxidos sulfurosos, reduce en un 80% los óxidos nitrosos tan peligrosos y rebaja en más de un 30% las emisiones de CO2.

Hace unas semanas Martin Winterkorn, el presidente del grupo Volkswagen, señalaba que la inversión necesaria en I+D+I para rebajar un gramo de CO2 en las emisiones medias de la gama de un fabricante supone 100 millones de euros. Rebajar unos gramos de CO2 requiere ajustar los motores incorporar sistema Stop/Start, montar unos neumáticos de bajo rozamiento y unas cuantas tecnologías más, pero todo eso se puede reducir de un golpe solo con hacer que el coche use gas natural. Y el coste para el usuario será un 50% más barato por cada kilómetro. Solo hace falta que los gobiernos se impliquen en este cambio.

Y un detalle importante, que según señaló José Ramón Freire, presidente de GASNAM, España tiene una posición envidiable para liderar el cambio al uso de gas natural como combustible en el transporte en Europa y que el papel de las Administraciones es crucial en este momento, tanto en la definición del marco legislativo como en su papel de clientes del gas natural vehicular. Según sus propias palabras, “puede llegar a ser el nuevo combustible profesional”.

A nivel mundial, desde el año 2000 se han multiplicado por 12 el número de vehículos que hacen uso de esta energía, siendo en 2014 ya casi 20 millones de vehículos y con una red de más de 24.000 estaciones de carga. Se prevé, además, que se multiplique nuevamente por 20 hasta el 2020. Y España se sitúa como el país europeo con mayor número de estaciones de servicio de gas natural licuado GNL instaladas en este momento. (19 y otras 10 más en proyecto).

Desde el punto de vista del cliente, la amortización aproximada de la inversión en vehículos movidos por gas natural supone entre 1 y 2 años, tanto para los vehículos ligeros como para los pesados de mercancías.

A nivel macroeconómico, el uso del gas natural en la movilidad supondría una mejora en la balanza comercial en detrimento de otros productos petrolíferos cuyo precio por unidad energética es mayor. Y esto aumentaría la competitividad de nuestras empresas nacionales por los menores costes logísticos y contribuyendo al liderazgo tecnológico de las empresas asociadas al gas natural vehicular. Además, nuestro sistema de distribución de gas está preparado, sin necesidad de inversiones adicionales, y sólo sería necesaria la inversión en las estaciones de servicio.

Con la presencia del ministro de Industria José Manuel Soria, se celebró el congreso de GASNAM, la asociación del gas natural para la movilidad. Ante más de 300 profesionales, Soria destacó la oportunidad que ofrece el gas natural vehicular para la economía española. Un combustible que permite un ahorro del 50% en el coste de utilización y que reduce las emisiones de CO2 en más de un 20% y las de los peligrosos óxidos nitrosos y compuestos de azufre las reduce drásticamente.

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